Thin Lizzy, siempre clásicos
-La banda irlandesa recupera sus álbumes
Thin Lizzy capearon como pudieron la muerte de su fundador y líder Phil Lynott, un bajista, cantante y compositor con carisma de guitarra solista. Luego, formaciones más o menos aledañas a la original han idos sacando álbumes relativamente dignos y algunos de los primeros miembros, sobre todo Snowy White y Gary Moore, obras muy interesantes. Ahora los Lizzy reeditan sus grandes álbumes clásicos.
Con formatos cuidados y muchos temas extra e inéditos, han reaparecido discos del calado de “Jailbreak”, “Johnny the Fox”, “Fighting” o “Bad Reputation” en los que se aprecia la flexibilidad compositiva de Lynnot, dentro de los esquemas del blues rock o el rock duro, y su delicadeza a la hora de las baladas y las guitarras gemelas.
Canciones como “The Boys Are Back in Town”, “Don´t Believe a Word”, “Dancing in the Moonlight”, o la versión de la canción tradicional “Whiskey in the Jar” (copiada por Metalica), son himnos para gran parte de los seguidores de todo el mundo y, en especial, de Irlanda donde Lynott tiene plaza, calle y estatua. Merecidas, por cierto.
Sello: Vertigo. Precio: 18. Discografía esencial: “Live and Dangerous”, “Jailbreak”, “Johnny the Fox”. Influidos por: Whisbone Ash, Taste, Hendrix. Influyen en: Ween, Whitesnake, Soga.
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Blitzen Trapper: country rock glamoroso
“American Goldwing”, un séptimo bueno.
Han paseado por andurriales rock, por barrios pop y distritos gospel pero al final se han quedado a vivir en un rancho de country-rock sureño, con atisbos de glam rock setentero. Así, al menos, suena su séptimo y último álbum “American Goldwing” .
Un disco en el que desde la primera canción, “Might Find it Cheap” (con la fuerza de Lynyrd Skynyrd), siguiendo por “Fletcher” (medio tiempo a la Black Crowes), continuando con “Love the Way You Walk Away” (con la suavidad de la piel de un ternerillo) más “Your Crying Eyes” (rescoldos de Foghat, Mountain y Outlaws) huele a rodeo, recogida de trigo y humo en el “saloon”.
Entonces, ¿no hay nada de originalidad? Sí, sí que hay. Blitzen Trapper saben barnizar esos ritmos tradicionales con un aire nuevo. El de un cierto glamour setentero que le da un aspecto especial al cuadro donde el vaquero está atando su montura a la empalizada. Y es que tanto él como su caballo llevan los ojos pintados.
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