El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dejó sin aliento al líder del PP, Mariano Rajoy, cuando abrió este miércoles ante el pleno del Congreso el paquete de medidas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas, que era el asunto por el que se interesaba el de Pontevedra. Zapatero anunció que de la máquina de hacer decretos que tiene en la Moncloa saldrá el viernes una reducción del impuesto de sociedades a las Pymes mediante la ampliación del primer tramo de cotización por beneficios desde los 120.000 euros actuales a 300.000, lo que significa una imposición máxima del 25%. Además generaliza la libertad de amortización en el impuesto de sociedades hasta 2015, amplía el concepto de empresa de tamaño reducido de 8 a 10 millones de facturación –lo que beneficia a unas 40.000 sociedades– y suprime la obligatoriedad de las cuotas a las Cámaras de Comercio.
No paró ahí la cosa, pues en el ámbito sociolaboral, el presidente anunció luz verde a las agencias privadas de colocación –que pueden gestionar entre el 7 y el 9% del empleo, como ocurre en la mayor parte de los países europeos–, la formación de 1.500 nuevos orientadores de empleo y la supresión de la ayuda de 426 euros a los parados que hayan agotado el subsidio, lo que significa la transformación de ese fondo, el Prodi, en un programa de formación y ayuda para encontrar trabajo.
Para obtener los recursos para las políticas activas de empleo y compensar la eventual caída de ingresos por el impuesto de sociedades, que permanece estancado este año, el Gobierno privatizará el 30% del organismo autónomo Loterías y Apuestas del Estado y el 49% de Aeropuertos Nacionales (AENA) al tiempo que entregará en régimen concesional al capital privado los aeropuertos de Madrid-Barajas y de Barcelona-El Prat.
Zapatero cerró el paquete pidiendo a Rajoy que respalde sus decisiones, “de acuerdo con la actitud constructiva que rezuman sus iniciativas”. Pero el dirigente del PP sólo acertó a invocar “créditos ICO a los Ayuntamientos, compensación de impuestos a las Pymes y los autónomos por la deuda de las Administraciones Públicas… Usted nos trae el enésimo paquete de medidas y yo le pido un plan de crecimiento económico y de mejora de la competitividad”. El escaqueo dialéctico se notó tanto que el profesor Cristobal Montoro aprovechó su pregunta a la vicepresidenta económica Elena Salgado para decir que, en efecto, es con menos impuestos, menos gasto público y con crédito a las Pymes como se sale de la crisis. “¿Por qué no lo han hecho antes?”
Salgado eludió la respuesta porque unos minutos antes ya el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la portavoz popular, Soraya Sáenz de Santamaría, se lo habían dicho todo sobre las respectivas “tumbonas” de Rajoy y de Zapatero. La cuestión de fondo consiste en que el Gobierno comienza a despertar y tras el desayuno con churros con los 37 directivos de las grandes empresas y los bancos de este país –que emplean a un millón de trabajadores–, se ha asomado a la realidad y ha descubierto que son las Pymes y los autónomos los que crean el 80% de los puestos de trabajo, y que, como se demostró el domingo en Cataluña, los obreros en paro no votan al PSOE. Y eso si que duele.
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