Garamendi, pintor de pausas y matices
-Su álbum, le consagra como gran artista
Tener ancestros musicales, disfrutar de una discoteca familiar con álbumes de Genesis, Pink Floyd o Camel, prepararse cultural y técnicamente con rigor, oír música actual y tocar bien varios instrumentos, ayuda para llegar a ser un artista. Si, además, se dispone de una sensibilidad especial para componer pausas, matices y letras brillantes, como las del bilbaíno Garamendi, se convierte uno en gran artista.
Tras varios premios y telonear a gente como REM , cumple con creces las expectativas generadas Su primer y sensacional álbum, “Garamendi”, es un compendio de pop y rock en el que destacan incursiones en el terreno de la balada britt (“La niebla”, “El reflejo” ), la épica contenida (“Colores”), la música de ambientes y climax ( “Feel At Home”,“No te va a costar”, con Iván Ferreiro) y el rock sinfónico con atisbos de progresivo (“Párrafo inicial” ). Candidatas todas a la mejor del año.
Y, sobre todo, lo que hay es valentía y riesgo a raudales. En unos tiempos donde lo que se lleva es el lamento lacrimógeno o la rumbita vacilona, Garamendi se atreve con unos géneros nada fáciles. Y lo hace con exigencia, sin concesiones, coloreándolos con una elegancia y una capacidad para lograr paisajes, sensaciones y textos inteligentes, desconocidas en España. Aprovechémoslo. Ya está entre los cinco primeros de Itunes.
Sello: Insamuel Record & Warner Music. Precio:13,5. Discografía: “Colores” (single), .Influido por: Supertramp, Snow Patrol, Keane.
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Guided by Voices, la trasgresión por bandera
-Dos nuevos discos, una nueva ruptura.
Robert Pollard, líder y señor de Guided by Voices, tiene la trasgresión por bandera. Y la creatividad más prolífica del rock actual. Pero sobre todo la trasgresión. Los títulos de sus canciones son los más rompedores del mercado, corta los temas en los momentos más inesperados y separa y reúne el grupo con facilidad pasmosa. Hace unos meses los juntó para grabar tres nuevos discos y proceder, después, a la ruptura.
Si nos detenemos en el primero, “Let´s Go Eat The Factory”, veremos que comienza como si estuviera rayado, pero no desesperemos, en pocos segundos aparece una de esas canciones de Pollard cargadas de sensaciones, de estructuras originales y tiernamente bruscas. Dos más allá, “Doughnut For a Snowman”, es poesía en formato musical.
No faltan sus típicas canciones con basamento velvetiano como “Spiderfighter” y “Waves”; pop rock con clase en “Chocolate Boy”y “Cyclone Utilities”; emo-rock en “Hang Mr Kite”; blues deconstruido en “The Big Hat and Toy Show” y sicodelia sesentera en “Imperial Racehorsing”. Así hasta veintiuna.
Sello: Fire. Precio: 16. Discografía esencial: “Vampire on Titus”, “Bee Thousand”, “Alien Lanes”. Influidos por: Eno, John Cale, Who. Influyen en: Lüger, Screaming Tribes, Airport 5.
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