Alex Chilton y Standard Fare

20/04/2012

Luis Picabia.

Alex Chilton en tierra de nadie.

-Primeras grabaciones desdibujadas.

Líder de los Box Tops y de Big Star, Alex Chilton grabó unas canciones tras dejar a los primeros y antes de formar los segundos. Ahora se reeditan bajo el nombre “Free Again: The 1970 Sessions”. Intentaba seguir con el soul sedoso de los Tops y remozar el beat-pop como haría con los Star. No pudo. Se quedó en tierra de nadie.

Chilton ha sido siempre un músico irregular. Junto a la creación de obras mayestáticas como son los tres primeros discos de Big Star y a la interpretación de dos de las grandes canciones soul de todos los tiempos, “The Letter” y “Neon Rainbow”, ha dado a luz discos menores y desganados. Y es que el artista, fallecido hace dos años a los sesenta de edad, se dejaba vencer con facilidad por la indolencia.

Aún con todo, “Free Again” cumple cometidos importantes. Nos deja ver atisbos de lo que hará luego. “Come on Honey”, “Somethin Deep Inside” o la melancólica “Emi Song” tienen esa sensibilidad a flor de piel de los Star. Además nos enseña que no se lleva mal con el country en “The Happy Song”, ni con las versiones en “Jumpin Jack Flash”, así como que su voz iba adquiriendo un tinte tan atractivo como triste. Como lo fue su vida.

Sello: Big Beat. Precio: 17. Discografía esencial: “1.970”, “Cliche”, “A Man Called Destruction”. Influencias: Beatles, Badfinger, Al Green. Influye en: Biscuit, Negativos, Protones.

Standard Fare maduran

-El trío de Sheffield pasa de la adolescencia a la juventud.

Standard Fare es un trío de pop independiente que nació en Sheffield hace unos cuatro años. Debutó en 2010 con el álbum “The Noyelle Beat”, una colección de canciones y sonidos adolescentes en la línea de los Belle and Sebastian más infantiles o de Vivian Girls. Con su segundo álbum, “Out of Sight, Out of Town”, pasan de la adolescencia a la juventud.

La madurez se advierte, fundamentalmente, en las letras y las narraciones. Así, la rockera “Suitcase”, nos habla de una victima del Holocausto judío, conocido de la cantante del grupo y fallecido recientemente. “Dead Future”, retoma los mensajes nihilistas de Sex Pistols sobre el “No future” para los jóvenes, con un fondo musical muy a lo Housemartins o Beautiful South, es decir, bailable.

Son canciones que utilizan envoltorios ligeros, rápidos y saltarines para transmitir historias crudas e incluso depravadas. La mezcla queda bien. Sobre todo si a la guitarra, bajo y batería de la banda, se les une un trompetista efectivo como es Brad San Martin de One Happy Island y un violín, el de Emily Gunn. Buen pop con cosas que decir.

Sello. Green Ufos. Precio: 15. Discografía: “The Noyelle Beat”.

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