¿III República o Felipe VI?

15/04/2012

diarioabierto.es.

Se puede ser republicano de derechas y socialista monárquico. Se puede ser republicano  y rechazar la bandera tricolor, respetando la rojigualda constitucionalmente instituida. En España se tiende a identificar erróneamente el concepto de República -un sistema político- con nuestra II República, con las circunstancias que la rodearon, con el desastre que supuso y con una determinada ideología.

Países como Alemania, Francia o Estados Unidos adoptaron con éxito formas de gobierno sustentadas en diversos modelos de República. Existen repúblicas con un sistema de gobierno presidencial -con división de poderes ejecutivo, legislativo y judicial más un jefe de estado  asumiendo las funciones de jefe de gobierno-; repúblicas con sistema de gobierno semiparlamentario -el jefe de estado tiene ciertas competencias de gobierno compartidas con un primer ministro-; y las repúblicas parlamentarias -el jefe del estado apenas cuenta con poder real ejerciendo el jefe de gobierno como Primer Ministro-.  Los ciudadanos eligen democráticamente tanto a sus jefes de estado -el criterio del voto se suele basar en las características personales del candidato-, como a sus primeros ministros -el sentido del voto tiende a orientarse en función del partido al que representa.

En una democracia moderna una Jefatura de Estado hereditaria carece de coherencia. El debate está en la calle y no se puede obviar.  Los últimos acontecimientos protagonizados por los miembros de la Familia Real intensifican las dudas. La cacería de elefantes del Rey ha colmado el vaso de la paciencia, por mucho que se intente justificar bajo la perspectiva de “agenda privada”. Un político tiene derecho a actividades privadas, un monarca lo es a tiempo completo. ¿Privacidad íntima o presupuestaria? Cualquier movimiento de Juan Carlos I implica costosos gastos logísticos, de transporte, de seguridad o de atención médica que normalmente corren por cuenta de los presupuestos generales o del ministerio del Interior: en definitiva, del bolsillo del contribuyente.

Analizando los acontecimientos acaecidos, también le puede surgir a cualquiera la legítima inquietud de por qué a un ex presidente autonómico se le imputa por aceptar cuatro trajes y es lícito el agasajo habitual al Jefe del estado por parte de empresarios con intereses societarios -con el añadido de si resulta ético disfrutar de safaris de lujo a 40.000€ la pieza más gastos, mientras este país se encuentra en quiebra técnica.

Otra cuestión que provoca controversia es la frecuencia con la que se publican noticias comprometedoras sobre la Familia Real desde que se eliminó la censura mediática. Bien sean de alcoba -las que menos deberían interesar aunque la lista sea sabrosona: actrices, coristas, cantantes, lánguidas presentadoras, decoradoras, estudiantes alemanas o aristócratas centroeuropeas https://www.diarioabierto.es/32553/los-picaderos-reales -, bien relativas a comisiones petrolíferas o bien referentes a turbios asuntos de juzgado e indultos extraños -los Albertos, De la Rosa, Prado y Colón de Carvajal, Urdangarín…-. Alguien medianamente avispado podría llegar a una conclusión lógica: si en poco tiempo nos enteramos de tanto, qué se habrá ocultado durante décadas de silencio informativo.

Hemos asistido recientemente a exagerados gestos de apoyo a la Corona en la apertura solemne de la XI Legislatura y en el aniversario de la Constitución de Cádiz. Que no se engañe el monarca: no se trataba de un apoyo altruista hacia su regia estirpe. Los primeros interesados en que las cosas se queden como están son los políticos. Cambios en el modelo de Estado implicarían una revisión de lo que intentan sujetar con alfileres: autonomías, Ley Electoral… Cuando se dé el pistoletazo de salida a estas reformas, los partidos perderán gran parte de sus privilegios actuales. Pero como la monarquía siga patinando, el férreo apoyo institucional comenzará a desquebrajarse. ¿Con qué jeta saldrá esta semana el Gobierno de Rajoy a la palestra para exigir más sacrificio y recortes a los españoles teniendo la opinión pública fresca la imagen del capricho millonario del Jefe de Estado?

PD. Si yo fuese Felipe de Borbón, odiaría a mi familia hasta el infinito y más allá…

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