
Foto: AGENCIAS (VNL RADIO)
El 2 de abril, «Día de la liberación», el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado la guerra comercial a todos los países con los que compite económicamente en todo el mundo con una subida generalizada de sus aranceles del 10%, porcentaje que amplía a algunos como China, a los que eleva hasta el 54% (34% más el 20% aplicado por el fentanilo), o a la Unión Europea, a cuyos países eleva un 20%. La guerra comercial está servida, porque todos los países afectados responderán a Trump con medidas proporcionales. La consecuencia no va a ser otra que el empobrecimiento mundial.
Para Trump era uno de los días más importantes en su segundo mandato. Salió del Despacho Oval, hasta ahora el lugar desde donde ha hecho oficiales todas sus medidas, y salió a La Rosaleda de la Casa Blanca, con un gran cartel donde se podía leer el efecto de la subida arancelaria, país por país. El presidente de Estados Unidos declaró este 2 de abril como el «Día de la liberación», que traducido al resto del mundo es la fecha que quedará como el día en que se han fijado los aranceles más elevados del último siglo porque no se libra nadie al establecer un incremento mínimo del 10% a los aranceles de los productos que importa Estados Unidos de forma generalizada.
Pero ese 10% de subida arancelaria es el mínimo, ya que el castigo será mayor a los países y bloques económicos con los que Trump asegura existe un mayor déficit comercial. En primer lugar, China a la que aplicará un arancel del 34%. Con este movimiento, además, pretende que el país asiático no desbanque a Estados Unidos de esa primera posición económica en la que lleva asentada desde hace más de un siglo.
En el caso de la Unión Europea, la subida arancelaria será del 20%. En el cartel donde se anunciaban todos los aranceles país por país, se podía ver cómo serán a partir de ahora las relaciones comerciales país por país: China (34%); Unión Europea (20%); Japón (24%); Vietnam (46%); Taiwán (32%); India (26%); Corea del Sur (25%); Tailandia (36%); Suiza (31%); Indonesia (32%); Brasil y Reino Unido (10%), entre otros. La lista afecta a cerca de 200 países.
En la lista a los que se les aplicará la subida de aranceles no aparecen Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte y Cuba, sobre los que ya hay vetos, sanciones y exclusiones que impiden que haya con ellos un comercio significativo. Todo parece indicar que Trump les considera sus nuevos socios comerciales. Pero el dislate de la lista de Trump llega a lugares como las Islas Heard y McDonald, pertenecientes a Australia, que están deshabitadas, a las que también se imponen aranceles.
Como todo lo hecho desde el 20 de enero de 2025 en que juró el cargo de presidente de Estados Unidos, vuelve a dar una vuelta de tuerca con una medida cuya explicación no se corresponde con la realidad, ya que según él, los aranceles son la mitad de las cargas que esos países imponen a Estados Unidos por sus productos: “Nuestro país ha sido saqueado, expoliado, violado y robado”. Esa ha sido la explicación del «muro a las importaciones» que acaba de levantar.
¿Edad de oro o recesión?
Como todo lo hecho hasta ahora, este anuncio a bombo y platillo que llevaba preparando desde antes de acceder a la Casa Blanca, Donald Trump se muestra convencido que «inaugura la edad de oro» de Estados Unidos, algo que las Bolsas estadounidenses no parecen compartir con caídas semejantes a la crisis de 2008, y que sus mismos amigos oligarcas están sufriendo en propias carnes. También el dólar ha comenzado a debilitarse frente al resto de las divisas, y es en dólares con los que se paga la mayoría de las transacciones comerciales en todo el mundo.
Los economistas hablan abiertamente de la llegada de una posible recesión para Estados Unidos y gran parte de los países con los que realiza sus transacciones comerciales, hasta ahora socios comerciales. Una subida de los aranceles que será respondida en similares porcentajes supondrá el encarecimiento de todos los productos y, por tanto, el empobrecimiento de todos.
«Nos han engañado durante más de 50 años, pero no va a volver a ocurrir», aseguraba este 2 de abril el mandatario estadounidense, para quien desde este «Día de la Liberación» la industria de Estados Unidos «volverá a nacer». Y continuó con su retahíla de realidad inventada: “Nunca le cobramos nada a nadie, pero ahora le vamos a cobrar a la Unión Europea. Son negociadores muy, muy duros. Uno piensa que la Unión Europea es muy amigable. Nos estafan. Es muy triste decirlo. Es muy patético”, aseguró para explicar esa subida del 20% a sus importaciones. La Unión Europea era hasta ahora su aliada.
Recaudar cientos de miles de millones para bajar impuestos
Con la subida de los aranceles, Trump espera recaudar «miles de millones de dólares» con los que podrá rebajar los impuestos a sus ciudadanos. Según explicó, “los contribuyentes llevan más de 50 años siendo estafados. Pero eso se va a acabar”. De ahí que ese 2 de abril pase a ser recordado como el día en que “Make America Wealthy Again” (Hacer que Estados Unidos vuelva a ser rico).
Sin embargo, la base de los cálculos de la Administración Trump se basa en el déficit comercial del país, que se elevaba a 1,2 billones de dólares al acabar el pasado año. Partiendo de una falsa realidad, monta el resto de su política arancelaria en respuesta a lo que denomina «prácticas comerciales desleales y las trampas».
Habría que retroceder hasta 1930 para ver subidas arancelarias como las que acaba de anunciar Trump. En el siglo pasado se puso en marcha la Ley Arancelaria Smoot-Hawley, que provocó una guerra comercial global en respuesta al cráck de 1929, con la que únicamente se logró profundizar en la que se conoció como la Gran Depresión, y se demostró que el proteccionismo económico no es la solución y que se necesita de la libertad comercial para poder prosperar.
Todos los países afectados darán respuesta
Como llevaba más de un mes anunciando este 2 de abril, la mayoría de los países tienen claro que esta subida arancelaria tendrá respuesta, algunos como la Unión Europea, incluso utilizó algunos calificativos como «recíprocas y contundentes». Muchos preparan también ayudas a los sectores afectados, y otros analizan posibles concesiones a Estados Unidos.
En la Unión Europea no descartan incluso fijar aranceles al intercambio de servicios, donde la balanza de Estados Unidos tiene superávit. China o Canadá ya han dicho que la respuesta será recíproca. En lo que sí coinciden todos es en que la unidad en la toma de decisiones contra los aranceles de Trump será esencial.
Hasta el momento, y por las medidas anunciadas y poco después retenidas, la mano dura que pretende mostrar Trump lleva a la incertidumbre. Así, Canadá y México siguen sin sufrir el mandato del presidente estadounidense. Las subidas arancelarias anunciadas a los pocos días fueron objeto de exenciones, incluido esa menor subida del 10% de los productos chinos, del que se excluyó a los envíos de menor tamaño.
Pero también es cierto que ya se ha producido la subida del 25% a los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio el pasado 12 de marzo. Este 3 de abril entrará en vigor la subida del 25% a los aranceles sobre las importaciones de automóviles y el 3 de mayo se aplicará a los principales componentes y piezas de vehículos importadas a Estados Unidos.
El proteccionismo también llegará, según confirmó Trump, en próximas fechas a las importaciones de semiconductores, productos farmacéuticos, alimentos, cobre o madera. Además del 25% de aranceles a los países que compren petróleo o gas a Venezuela.
Nada más dar a conocer sus nuevos aranceles, las Bolsas cayeron estrepitosamente. Al cierre de los mercados, los principales índices bursátiles de EEUU se habían desplodo, con una caída del 3,5% en los del Standard & Poor’s 500, que supone una pérdida de valor de 2,5 billones de dólares, más del doble del déficit comercial. El precio del petróleo caía con fuerza por el temor a una desaceleración global del crecimiento económico. El oro y los bonos del Tesoro, convertidos en valores refugio, subían.
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