El desertor del presupuesto

26/03/2025

José María Triper.

La Constitución Española en su Artículo 134 dice textualmente: “1. Corresponde al Gobierno la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, y a las Cortes Generales su examen, enmienda y aprobación. 2. Los Presupuestos Generales del Estado tendrán carácter anual, incluirán la totalidad de los gastos e ingresos del sector público estatal y en ellos se consignará el importe de los beneficios fiscales que afecten a los tributos del Estado.3. El Gobierno deberá presentar ante el Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales del Estado al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior.”

Pues bien, angustiado ante la certeza de perder una nueva votación en el Congreso, y ya van 85 desde el inicio de legislatura, Sánchez da la espantada una vez más violando la Constitución y descarta convocar elecciones para seguir sin presupuestos y sometido al chantaje permanente de sus socios de la Frankestein. «Se prorrogan los presupuestos, sin ninguna duda», ha afirmado insistiendo con su cinismo habitual en que con las cuentas prorrogadas por tercer año consecutivo España lidera el crecimiento económico, la creación de empleo en la UE y dando respuesta a muchas de las políticas sociales.

Cinismo y mentira porque prorrogar los Presupuestos implica serias dificultades para responder a los cambios económicos, la imposibilidad de aplicar nuevos políticas públicas o planificar proyectos a largo plazo, restricciones de inversión, incumplimiento de compromisos internos y exteriores, incluidos los obligados de Defensa, y rigidez fiscal, con graves repercusiones sobre la economía y al empleo, además desconfianza en los mercados financieros que se traducen en dificultades para colocar la deuda y una subida de los intereses.

Cierto que la prórroga está prevista en la legislación española para evitar el colapso de las Administraciones, pero su uso recurrente deteriora la certidumbre económica, la seguridad jurídica y la solidez del sistema democrático, con la consecuencia directa de dejar al país paralizado, dado que en el decreto de prórroga presupuestaria el Ejecutivo sólo podría incorporar las medidas más urgentes.

Y mienten también Sánchez y el loroparque ministerial cuando hablan de crecimiento económico y de empleo. Porque el crecimiento de la economía española está dopado por la orgía del gasto público, con un modelo de crecimiento basado en el turismo y la llegada de los fondos europeos, además de camuflado por el efecto estadístico de haber sufrido la mayor caída de las economías europeas durante la pandemia, lo que hace que se confunda recuperación con crecimiento.

Los datos de la economía real, avalados por los servicios de estudios independientes y los organismos internacionales muestran que España es el país europeo en el que más ha caído la renta per cápita en paridad de poder adquisitivo con una renta per cápita que está un 14% por debajo de la media europea, mientras que el poder de compra de los españoles ha caído en 5,5 puntos entre 2019 y 2023. Desde que Sánchez llegó al gobierno España ha pasado de tener un 92,8% del PIB en paridad de poder de compra sobre la media UE en 2017 a sólo 88,6% en la actualidad. Una pérdida que nos ha vuelto situar entre los países pobres de la Unión.  Además, en la España de Sánchez hay más de 4 millones de parados reales, liderando el desempleo de la UE, y viven 12,7 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, el 26,5% de la población  con datos del indicador de la Unión Europea Arope. Este es el «progreso económico y social de España», del que presume el presidente.

En cualquier democracia del mundo, un presidente mínimamente democrático sin respaldo para aprobar los Presupuestos habría dimitido y convocado elecciones generales. Lo hizo su correligionario alemán Olaf Scholz este mismo año y así lo entendía el propio Sánchez cuando en 2018, desde la oposición le recordaba a Mariano Rajoy que “un gobierno sin presupuestos es un gobierno que no gobierna nada”.

Un gobierno sin presupuestos es un gobierno que está en la ilegalidad permanente y un fraude a la democracia y una legislatura sin presupuestos es una legislatura en coma permanente mantenida de forma artificial desde Waterloo por Carlos Puigdemont, un prófugo de la Justicia que permite a Sánchez dormir en La Moncloa mientras él es quien de verdad manda en España.

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