A qué huele Abu Dhabi, donde vive el rey Juan Carlos

05/03/2025

Carmen Duerto.

En Abu Dhabi vive exiliado el rey Juan Carlos y por ese motivo es un país muy presente en España.

Hasta que descubrieron sus yacimientos de petróleo en 1958, era un desierto habitado por diferentes tribus que se dedicaban al comercio de camellos, la búsqueda de perlas en su costa, Abu Dhabi es una isla en el golfo Pérsico unida al continente asiático por tres puentes, y al cultivo de verduras y dátiles en el oasis de Al Aïn. Sus habitantes beduinos se cubrían con telas tejidas con una técnica ancestral llamada Al-Sadu.

En 1970 las cabañas de palma y barro mutan a rascacielos, boutiques de lujo, carreteras de asfalto, la primera es de 1960, y petrodólares como si no hubiera un mañana. Deja de oler a desierto, salitre y dátiles y aparecen el sándalo, el vetiver, el pachuli, el incienso y la opulencia y los tejidos Al-Sadu se remplazan por sedas, cachemir, alpacas o linos. La pequeña isla desértica con tormentas de arena, escasas precipitaciones y temperaturas elevadas, apartada hasta entonces del interés mundial, se convierte en uno de los focos del universo. Allí se centraliza el poder emergente, por obra y gracia del petroleo, de los Emiratos Árabes Unidos. Donde antes hubo invisibilidad, Abu Dhabi se convierte en el cisne para todos.

Mylène Arlan de Memo Paris crea un viaje a Abu Dhabi, con una fragancia que captura la esencia del oasis de Al Aïn y rinde homenaje a los Emiratos Árabes a través de un viaje olfativo único que recupera el olor del primitivo dátil y de la técnica ancestral de tejido Al-Saud.

Las notas olfativas de Abu Dabi

El dátil como protagonista, desplega una dulzura generosa. La bergamota y la naranja brillan como destellos de luz, mientras la ciruela se funde en una textura aterciopelada. En su base, el vetiver y el pachulí aportan una profundidad elegante que evoca las raíces ancladas en la arena del desierto.

El diseño de la etiqueta del frasco, de cristal transparente y elegantemente alargado, está inspirado en los patrones Al-Sadu, la tradicional técnica de tejido beduina y es un tributo al patrimonio cultural de los Emiratos.

Abu Dhabi pretende ser un viaje sensorial que nos transporte a un oasis dorado, con camellos paseando por unas dunas desde las que se divisa, al fondo, el azul del golfo Pérsico.

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