La inflación vuelve a subir al 3% en febrero por la subida de la luz

27/02/2025

M. Vázquez del Río. El mejor dato lo registra la inflación subyacente (sin productos frescos ni energéticos), que baja al 2,1%, tres décimas mes. Sin embargo, la electricidad ha incrementado su precio un 450% en solo un mes.

Gráfico: INE

La inflación sigue manteniendo la preocupación de todos. En febrero, según el dato adelantado del Instituto Nacional de Estadística (INE), volvió a repuntar una décima, hasta volver a recuperar el 3%, un punto porcentual más que lo que nos exige el Banco Central Europeo.

El Ministerio de Economía justifica la subida de una décima del Índice de Precios al Consumo (IPC) de febrero a la subida del precio de la electricidad, aunque habría que sumar también el efecto de la desaparición de las rebajas fiscales contenidas en las medidas anticrisis para frenar la inflación, que comenzaron a aplicarse en marzo de 2022.

Mientras los carburantes bajaron en febrero, tras el retroceso del precio del barril de petróleo, que este mismo jueves cotizaba en el entorno de los 73 dólares, el precio de la luz lleva meses disparándose, y en febrero no ha sido una excepción. El precio del megavatio/hora cuesta hoy un 450% más que hace tan solo un mes.

La luz comienza a ser un problema

Este aumento del precio de la luz contrasta con las bajadas significativas que se registraron hace ahora un año, como consecuencia del desplome de la cotización del gas natural y de los derechos de emisión de CO2. También contribuyó la elevada producción que registraron las energías renovables (eólica e hidroeléctrica). De esta forma, en febrero de 2023 el megavatio hora se situaba en los 40 euros. Doce meses después su precio se ha duplicado y, por si fuera poco, al recibo de la luz se le vuelve a aplicar un IVA del 21%.

Precisamente, el regreso del IVA a su valor anterior a las medidas anticrisis también ha repercutido en otros productos de la cesta básica de la compra, por los que se vuelve a pagar un 4% de IVA, y del 10% en el caso de las pastas y aceites de semilla.

Otro dato a tener en cuenta que con la subida de una décima de la inflación en febrero se consolida una tendencia al alza, que comenzó cuatro meses antes, en noviembre. Desde el penúltimo mes de 2024, la inflación no ha dejado de subir, aunque sea a pequeñas dosis. Los precios de la energía y la desaparición del IVA son los culpables.

Por buscar el comportamiento más positivo de los precios en febrero, encontramos que la inflación subyacente (sin productos frescos ni energéticos) bajó tres décimas, hasta situarse en el 2,1%, un dígito que se aproxima al 2% exigido por Bruselas. Cabe mencionar que la inflación subyacente es la que más se aproxima a la medición de la evolución real de los precios, dado que se excluyen los elementos más volátiles que son los que han comenzado 2025 con tendencia al alza, y es la realmente a tener en cuenta dado que marca la tendencia más a medio plazo que seguirá el índice general.

Los vaivenes de los precios en el mercado de las materias primas, con la presión añadida por las amenazas de la Administración Trump o el beligerante cierre del gasoducto por el que se transporta el gas desde Rusia a Europa, adelantan un periodo de subidas del gas natural, sobre todo. Por este motivo, los analistas no prevén que la inflación logre bajar del 3% al que se ha aupado en febrero.

No obstante, el precio del petróleo parece empezar a contribuir a frenar la inflación, ya que de los 80 dólares que llevó a costar el barril en el último trimestre de 2024, su precio se mantiene sobre los 73 dólares en febrero, no descartándose que baje hasta los 70 dólares a finales de este ejercicio, según los expertos. Todo dependerá, no obstante, de la subida prevista de la demanda mundial de crudo (1,2 millones de barriles diarios, mientras que la producción pactada por los países de la OPEP asciende a 1,5 millones de barriles). Si acaba la guerra entre Ucrania y Rusia, todavía subiría más la producción. Y si añadimos los aranceles de Trump a Canadá y China, todavía podría caer más el precio del barril, hasta acercarse a los 60 dólares.

Ante esta posible evolución de los precios de la energía, los analistas no esperan que la inflación llegue a alcanzar los dos dígitos, como hiciera en 2022, cuando superó el 10%. Y, por tanto, es de esperar que el BCE continúe con su política de bajar los tipos de interés o, al menos, no volver a subirlos.

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