Estamos en un mundo que muchas de las cosas que pasan ocurren fuera de los cauces habituales de una manera subterránea. Esto lo saben bien las empresas demográficas y el más reciente ejemplo fueron las encuestas que se publicaban los días previos a las elecciones norteamericanas en las que mayoritariamente coincidían en augurar un empate técnico entre Trump y Harris e incluso apuntaban que el resultado final dependía de unos pocos votos de cinco estados que decantarían la balanza en un sentido u otro.

El resultado habla por sí solo y parece evidente que los encuestadores realizaron su trabajo como en los viejos tiempos y que el muestreo que todos utilizaron ya no les sirve. No detectaron que el papel de los medios de comunicación tradicionales y el muestreo de los encuestados ha dejado de funcionar y el sentido del voto se decide de una forma más que significativa por otros canales subterráneos como son unas redes sociales en las que cabe todo, verdades, medias verdades y mentiras enteras a los que muchos les prestan credibilidad.

Supongo que la experiencia norteamericana habrá sido estudiada por los partidos españoles para ajustar su forma de dirigirse a los votantes. Supongo que a los lectores no les habrá pasado desapercibido que los dos principales partidos tienen una encarnizada lucha para tener protagonismo en los medios de comunicación, en las tertulias… mientras que el tercer partido en discordia – VOX – renuncia a estos medios de una forma descarada, trata mal a los periodistas y apenas explica lo que hace. Dicen pocas cosas, pero cuando las dicen son muy claros. Sus parlamentarios en el Congreso apenas tienen protagonismo y, en cambio, todo apunta que el partido de Abascal cada día tiene más simpatizantes con sus posturas de extrema derecha.

VOX tiene buenos compañeros de viaje en Europa y en especial en los Estados Unidos con asesores de este nuevo mundo de mover electorado de primera división y con muchos medios. Aparentemente, esto no inmuta a los populares que siguen con sus extrañas políticas y su constante griterío sin darse cuenta que los votos posiblemente hoy se muevan por otros escenarios y no sería de extrañar que en un tiempo relativamente corto VOX dé el sorpasso a los populares y que estos sólo se enteren cuando se abran las urnas