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Han tenido que pasar siete semanas desde que comenzó 2025 para ver una bajada en el precio de los combustibles. En esas siete semanas, casi un mes y medio, los carburantes han subido un 5% hasta que, por fin, esta semana la gasolina ha bajado un 0,38%, hasta los 1,573 euros el litro, y el diésel un 0,46%, hasta los 1,501 euros.

Los combustibles comenzaron a subir a partir del mes de octubre de 2024, rompiendo a sumar unos descensos del 8,9% (gasolina) y del 9,2% (diésel) hasta el décimo mes del año pasado. Sin embargo, desde el mes de octubre los combustibles siguieron una tendencia al alza que no se ha frenado a esta primera semana de febrero.

Pese a esta bajada, llenar un depósito cuesta más caro que hace un año. Así, un depósito de 55 litros de diésel cuesta 82,55 euros, 27 céntimos más que en la primera semana de febrero del año pasado; y en el caso del depósito de gasolina el coste por llenarlo es de 86,51 euros, lo que supone 1,48 euros más que en el mismo periodo del año pasado.

El descenso de esta primera de semana de febrero, además, muestra en los registros de los surtidores que el litro del diésel se encuentra por encima del precio antes del comienzo de la guerra en Ucrania (24 de febrero de 2022) en que se encontraba en los 1,479 euros frente a los 1,501 euros actuales, mientras que el litro de gasolina se encuentra ligeramente por debajo, ya que era de 1,591 euros el litro frente a los 1,573 euros actuales.

No obstante, los dos combustibles se encuentran lejos de los precios máximos registrados en el verano de 2022, en plena escalada de la inflación, en que se situaron en 2,1 euros el litro de diésel y en 2,141 el de la gasolina.