La batalla entre Banco Sabadell y BBVA sigue. La oferta pública de adquisición (opa), que ha pasado a tener un carácter hostil, sigue su curso en las instituciones, tanto europeas como nacionales, pero aún no se ha dicho la última palabra. Y hasta que no se dé, el Banco Sabadell no se va a rendir y sigue moviendo ficha para evitarla. Su último paso es la decisión de trasladar su domicilio social a Cataluña desde Alicante, una decisión a la que este miércoles dará su visto bueno su consejo de administración.

De esta forma, Banco Sabadell regresa a Cataluña, de donde salió hace ya más de siete años, el 5 de octubre de 2017, en pleno ‘procès’ catalán. Y como la decisión de entonces fue ‘obligada’ por la situación política, no es de extrañar que la nueva batalla en esta opa que está a punto de cumplir su primer año desde que se anunció, trascienda también al plano político, al margen de que el Gobierno ya se ha mostrado contrario a esta operación.

Pero esta fase coincide con las maniobras de Junts y ERC para que las empresas que salieron de Cataluña cuando estalló el ‘procés’ regresen a la comunidad, uno de los puntos del acuerdo de investidura de Pedro Sánchez con los nacionalistas catalanes. A ello se suma que ahora es el socialista Salvador Illa el que preside la Generalitat catalana.

El nuevo paso supone politizar la opa y obligar a las administraciones implicadas a tomar posición. Se esperaba que la vuelta de las empresas a Cataluña tuviera a alguna de las empresas del imperio de La Caixa como pionera, pero ahora irrumpe en el escenario la presión sobre Banco Sabadell por su opa.

Ante el motivo de Banco Sabadell no se puede saber si tendrá algún efecto sobre la decisión de otras empresas que salieron de la comunidad catalana. Lo que sí podría convertirse en un éxito de la entidad sobre su rival Caixabank si la opa fracasa, porque podría ser referencia para los clientes bancarios de Cataluña.

Las ofertas continuas del BBVA a los accionistas de Banco Sabadell siguen sin parar, incluso a través de campañas publicitarias, lo que para el equipo directivo de Sabadell es una nueva piedra en su camino para evitar la compra, ya que BBVA ha logrado dividir a los accionistas de Banco Sabadell.

En el plano político, el Gobierno más allá de sus declaraciones en contra de esta opa, oficialmente no ha tomado ninguna decisión. Los expertos recuerdan que como en otras ofertas de compra de una empresa sobre otra, la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) lo único que puede hacer en establecer una serie de condiciones para que la compra sea posible sin perjudicar la competencia en el sector.

Pero también desde la oposición deberán fijar un criterio. De momento su ‘coqueteo’ con Junts y su divorcio cada vez más visible con PNV podría inclinar el apoyo al Banco Sabadell en su lucha, aunque en todo caso, al tratarse de una lucha entre empresas, deberá ser el BBVA el que mueva ficha.