Miles de personas les faltó tiempo para armarse con palas, cubos, artículos de primera necesidad o lo que fuera y viajar a Valencia para ayudar a los damnificados de la dana. Todo ello lo hicieron ante la pasividad de la Generalitat valenciana, que durante días no supo ni organizarlos. También se multiplicaron las colectas o la organización de actos para recaudar fondos paras ayudar a los damnificados. El Gobierno central prometió millones de euros para reconstruir lo que el agua devastó.

Una parte importante de los millonarios fondos destinados a reparar los daños producidos por el agua los gestiona la Generalitat valenciana presidida por Carlos Mazón. Es de esperar que lo haga con mayor acierto que su actuación con las riadas, pero sus primeras adjudicaciones levantan no pocas reticencias. No ha habido concursos públicos, sino que las primeras adjudicaciones se han hecho a dedo y curiosamente a algunas empresas con un pasado poco claro relacionado con la corrupción y con fuertes relaciones con el PP y con supuestos vínculos con la caja B. Asimismo empresas vinculadas a personas de la actual administración también se han visto favorecidas por las adjudicaciones de diferentes obras.

Con estos precedentes y con el currículum poco ejemplar de los dineros públicos en la Generalitat valenciana es de esperar que nadie aproveche la desgracia ajena para sacar suculentos beneficios. Sería un insulto a la buena fe de muchos ciudadanos que se han desvivido para paliar la desgracia ajena vieran como sus esfuerzos sirvieran para llenar las arcas de algunos.

Hay que esperar que esta vez los fondos destinados a paliar lo que el agua ha destruido se utilicen de la forma adecuada, pero con los poco ejemplares precedentes son muchos los que tienen la mosca encima de la oreja. Por ello sería edificante que los miles de millones que reciben para reconstruir el país se justificaran hasta el último euro. Además, en este caso es necesario que haya luz y taquígrafos porque se están utilizando unos fondos que provienen de la buena fe y la solidaridad de mucha gente. Muchos nos quedaríamos más tranquilos si comprobamos el buen uso que las autoridades hacen de nuestra solidaridad