Christine Lagarde junto con los miembros del Consejo de Gobierno del BCE han cumplido las expectativas, sin salirse del guion, y han vuelto a recortar los tipos de interés otro cuarto de punto hasta dejarlos en el 3%. Es la última bajada de este año y deja las puertas abiertas para que en 2025 se sigan bajando. El problema es que las principales economías de la Eurozona, en concreto Alemania y Francia, no están viviendo sus mejores momentos hasta el extremo que el Banco Central Europeo también ha empeorado las perspectivas de crecimiento para el año que viene.
La decisión tomada por unanimidad de bajar otros 25 puntos básicos los tipos se encamina hacia la tasa neutral para que el precio del dinero no suponga un obstáculo para el crecimiento económico de los Estados miembro. Y esto es posible porque la tasa de inflación comienza a estar controlada, mientras que las perspectivas económicas de las dos principales economías de la zona euro continúan descendiendo ante los vaivenes políticos que están viviendo Alemania y Francia.
Otro de los mensajes que ha querido dar el BCE a todos los socios europeos es que no va a realizar una política monetaria con cambios bruscos, dado que pese a que la inflación comienza a estar controlada, todavía no todos los países lo han conseguido. Por tanto, la prudencia sigue marcando el paso de la política monetaria europea.
Frente a este prudencia, las Bolsas europeas parecen mostrarse convencidas de que en el primer mes de 2025 habrá una bajada mayor de los tipos, hasta los 50 puntos básicos, una bajada que este mismo jueves estuvo sobre la mesa de Lagarde y su equipo, pero que finalmente fue rechazada a cambio de explicar que los tipos dejan de estar en «zona restrictiva». Es decir, que se seguirán bajando los tipos de interés, pese a que todavía no se puede proclamar a los cuatro vientos que el control de la inflación es «una misión cumplida», según reconoció la presidenta del BCE.
La ‘misión cumplida’ se producirá cuando los precios se consoliden por debajo del ansiado 2%, un objetivo sobre el que Lagarde se mostró optimista de cara a 2025. Una visión corroborada en las explicaciones dadas tras la reunión del Consejo de Gobierno: “La mayoría de los indicadores de la inflación subyacente sugieren que la inflación se estabilizará de forma sostenida en torno al objetivo del Consejo de Gobierno del 2% a medio plazo. La inflación interna ha descendido, pero sigue siendo elevada, principalmente porque los salarios y los precios en algunos sectores están aún ajustándose a la fuerte subida anterior de la inflación con un retraso considerable”.
Lo que en todo caso ha insistido Christine Lagarde en dejar claro es que “nuestro trabajo es proporcionar estabilidad de precios. Cada cual debe hacer su trabajo”.
Pesimismo sobre el crecimiento económico
Sin embargo, este optimismo no se extiende al crecimiento económico. El BCE ya había rebajado sus previsiones de crecimiento económico el pasado mes de septiembre, justo tras el verano. Y ahora, a punto de comenzar 2025, vuelven a reducir sus perspectivas. En concreto, al previsto 0,8% de crecimiento del PIB de septiembre ahora lo rebajan al 0,7%. Así es como la autoridad monetaria europea espera que acaba 2024.
Por lo que respecta al próximo ejercicio, las previsiones apuntan a un 1,1%, dos décimas menos que las anteriores previsiones, y al 1,4% en 2026, una décima menos que en septiembre. Y han adelantado una nueva previsión, la de 2027, que según los economistas del BCE se situará en el 1,3%.
Por lo que respecta a las previsiones sobre la evolución de la inflación, el BCE espera que 2024 acabe en el 2,4%, una décima menos que en las anteriores proyecciones, mientras que en 2025 bajará al 2,1% (una décima menos), y en 2026 se logrará que baje al 1,9%. Por tanto, «el control de la inflación va por el buen camino», pese a que no se descarta que en 2027 vuelva a superar la barrera del 2% en una décima.
Cuarta rebaja de los tipos de interés en 2024
La decisión del BCE de este jueves supone la cuarta bajada de los tipos de interés en 2024, una senda que se ha seguido de forma consecutiva desde el mes de septiembre. Ya que el verano interrumpió las posibles expectativas de bajada abiertas en junio. De esta forma, el precio del dinero ha pasado del 4% con que comenzó el año al 3% con que lo finaliza
Del enunciado se borran las referencias a que esperan una subida de la inflación en los meses venideros antes de volver a bajar, un fenómeno que en las reuniones anteriores circunscribían al cuarto trimestre por el efecto base de comparar con el año pasado. Los expertos incluso van más allá y estiman que en 2025 se rebajarán hasta el 2%.
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