Es innegable que, en una época de crisis como la actual, las empresas en nuestro país hacen todo lo posible con tal de recortar gastos. Sin embargo, hay algunos que consideran imprescindibles, por lo que no se lo piensan dos veces a la hora de comprar los productos o contratar los servicios en cuestión.
Hoy precisamente hablaremos de un servicio que poco a poco es contratado por una mayor cantidad de empresas españolas. Nos referimos a la asesoría legal. Pero, ¿cuáles son los motivos que llevan a los empresarios y directivos a tomar esta decisión? Aunque hay otros factores que nada tienen que ver con el aspecto monetario, seguidamente nos centraremos en los que, de manera directa o indirecta, guardan relación con la economía.
Adiós a los imprevistos monetarios en forma de sanciones
Es habitual que las empresas crean que ya conocen la normativa vigente, por lo que deciden prescindir de un servicio de asesoría legal. Sin embargo, años después reciben una sanción de considerable cuantía. ¿Cómo es posible si cumplieron todos los requisitos legales a rajatabla? Básicamente, este tipo de situaciones suelen producirse por un cambio legislativo no tenido en cuenta por los negocios.
Cada dos por tres se producen novedades al respecto. Es por ello que conviene contar con la ayuda de expertos en la materia. Los profesionales que trabajan en una asesoría legal se informan a diario acerca de este tipo de cambios, por lo que se reducen drásticamente las probabilidades de terminar recibiendo un castigo en forma de sanción o recargo.
Es reseñable que algunas de estas multas suponen desembolsos estratosféricos. No hablamos de centenares de euros, sino de miles. Por ende, es importantísimo tener siempre a disposición a profesionales muy experimentados que sepan cómo debe proceder la empresa para no tener que hacer frente a sanciones.
Olvidarse por completo de los litigios y sus elevados costes
En ocasiones, el problema no está relacionado con la Agencia Tributaria ni con otras entidades de carácter oficial, sino con los trabajadores, proveedores y demás profesionales directamente vinculados con la empresa. Efectivamente, nos referimos a los contratiempos que a posteriori derivan en litigios.
Asumir los elevados gastos que acarrea un proceso judicial supone un duro revés para las empresas de España, ya que siguiendo el ejemplo de otros países, la justicia en la región ibérica no es precisamente barata. Por suerte, con una buena asesoría legal se pueden evitar totalmente los litigios en general.
Toma de decisiones de manera más fundamentada
Seguimos hablando de los litigios para sacar a colación uno de los motivos que llevan a las empresas a tener que afrontarlos: despedir irregularmente a un empleado. Pero, ¿sabías que en muchos casos es una decisión errónea? No nos referimos al aspecto puramente legal, sino más bien al productivo.
Por ejemplo, tal vez el trabajador esté pasando por una dura época en términos de burning laboral, por lo que su rendimiento no es el que cabría esperar. Sin embargo, la situación puede revertirse por completo dando forma a una atmósfera profesional más conciliadora con su vida personal.
Tanto esta decisión como todas las demás pueden llegar a ser mucho más fundamentadas si previamente se consensúan con los expertos en asesoría legal. Y es que este tipo de especialistas proporcionan datos que son extremadamente útiles a la hora de optar por un camino u otro, eligiendo siempre el más beneficioso para el negocio, los trabajadores y los clientes.
Protección del patrimonio con el que cuentan las empresas
Más allá de la liquidez, habitualmente las empresas en nuestro país terminan acumulando un patrimonio en forma de inmuebles y otros bienes. Por desgracia, hay veces en las que acaba esfumándose por problemas legales.
Evitarlos está en manos de especialistas que se conozcan al dedillo la legalidad vigente. En este sentido, un servicio de asesoría legal se convierte en esencial. De hecho, toda empresa que tenga un cierto patrimonio no debería dudar al tomar esta decisión.
Aumento de la productividad
Con tal de ahorrar costes, determinadas empresas se decantan por asignar a algunos de sus empleados las tareas de una asesoría legal, por ejemplo al director financiero que también cuenta con conocimientos jurídicos. Sin embargo, retomando lo referente al burning laboral, esta excesiva carga puede traducirse en grandes dosis de estrés y, sobre todo, en un descenso de la productividad.
Incrementarla es tan fácil como externalizar todo aquello que guarde relación con el aspecto puramente legal. Con una asesoría legal, los empleados pueden dedicarse a otros menesteres y cosechar sobresalientes resultados a nivel de productividad.
Como acabamos de ver, una asesoría legal es muy beneficiosa a nivel económico para las empresas. Así pues, no es de extrañar que tantos negocios, desde PYMEs hasta multinacionales, tomen la decisión en una época como la actual. Y es que tarde o temprano acaban amortizándola con creces.
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