En 2024 siguen sobrando trabajadores en la plantilla de la planta de Ford en Almussafes. En concreto, según explicó la dirección del fabricante estadounidense a UGT como sindicato mayoritario en el comité de empresa, se verán afectados 1.622 trabajadores de los 4.700 que componen la plantilla, esto es, el 34,5%.
El ERE que está redactando la dirección de la empresa para este año se presentará sin que tan siquiera haya pasado un año desde el anterior, en que fueron despedidos 1.100 trabajadores. Desde la pandemia, en 2020, el fabricante de automóviles ha presentado cuatro ERE.
De acuerdo con los cálculos de Ford para este último ERE, de los 1.622 empleados afectados, 626 serían a través de bajas incentivadas y 996 pordespidos objetivos con preferencia para ser recontratados en 2027, año en el que supuestamente llegará el nuevo modelo que la compañía asignó a Almussafes para el que se prevé una producción anual de 300.000 unidades.
Ante la firmeza mostrada por la dirección, en UGT han decidido celebran una asamblea con los afiliados el próximo sábado, 15 de junio. Y el lunes, 17 de junio darán la respuesta a la empresa.
Los trabajadores tienen como último antecedente el ERE de abril de 2023, en que las criterios de los despidos se basaron en prejubilaciones desde los 53 años y el pago de hasta 40.000 euros para quienes se apuntaran voluntariamente al plan. El año pasado ya se fue el 19% de la plantilla.
Mientras en UGT insisten en que cualquier medida que se adopte sea transitoria hasta que aumente la carga de trabajo, la dirección de Ford ha emitido un comunicado en el que explica que de los 1.600 trabajadores que tendrán que ser despedidos, 600 son de carácter estructural. Por ello, asegura que «se podría negociar una solución de transición para otros 1.000, hasta que comience la producción del nuevo vehículo. Ford está comprometido a trabajar constructivamente con la representación legal de los trabajadores y los gobiernos nacional y regional para encontrar todas las oportunidades posibles para reducir el impacto en los empleados de Ford, sus familias y la comunidad local”, asegura la compañía en su comunicado.
También explica que el motivo de este recorte es la pérdida constante de modelos en Almussafes, que desde 2022 dejó de ensamblar cuatro vehículos de forma paulatina: el Mondeo, el S-Max, el Galaxy y la Transit Connect, una furgoneta que la fábrica culminó su fabricación a mitad de abril del presente año.
Esta situación se tradujo en una reducción de la actividad en la planta. En 2018, momento en el que la dirección europea de Ford anunció la reestructuración de su negocio en el Viejo Continente, la planta de Almussafes había ensamblado 367.740 unidades de cinco modelos distintos. Apenas dos años después, en 2020, cuando la factoría valenciana sufrió el primer ERE y comenzó a perder modelos, la actividad de la fábrica cayó hasta las 235.344 unidades y tocó suelo en los 168.426 coches de 2021, uno de los peores ejercicios para Almussafes de este siglo (el peor fue 2011, con 135.000 unidades).
En 2023, la producción fue de 211.834 vehículos, un 42% menos que en 2018, una cifra que volverá a caer en 2024 por los constantes parones de producción y porque a la fábrica solo le queda el Kuga.
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