Ya se sabe que el día siguiente de las elecciones han ganado todos, bueno en este caso menos Sumar. Uno no deja de sorprenderse por la euforia del Partido Popular. Conocido es que Feijóo gana en las encuestas lo que pierde durante la campaña electoral. Los diez puntos de diferencia que le daban algunos medios respecto al PSOE se han visto reducidos a cuatro.
Es una evidencia que los posibilismos han arrasado en Europa, pero las diferentes formaciones que componen este grupo hacen que difícilmente se puedan entender y en la cúpula de las instituciones europeas se perfila un pacto entre los populares y los socialistas. La popular Ursula von der Leyen tiene bastantes números de seguir presidiendo la Comisión Europa, pero si se produce el acuerdo el canciller alemán Olaf Scholz y Pedro Sánchez son las figuras más representativas, con lo que el papel europeo e internacional de los socialistas españoles puede ser mucho más relevante de lo que desearía Feijóo, con lo que añadiría otra pírrica victoria a su currículum.
Por otra parte, los populares españoles han recibido como herencia los votos que ha perdido Ciudadanos (aunque algunos se han quedado por el camino), ha visto como sus socios de VOX también han crecido y que además la formación de Abascal ha conseguido arrastrar al PP a posturas más radicales que le alejan cada vez más del espacio centrista y le acercan al los postulados y las propuestas de la extrema derecha. Además, para su desgracia, está aislado y no tiene fuera de este espacio radical con quien pactar.
Cierto es que a Pedro Sánchez le ha salido una piedra en el zapato que se llama Catalunya. El negarle el pan y la sal a sus socios de investidura de ERC y no darle siquiera un pequeño caramelo ha propiciado un contundente revés electoral lo que ha propiciado la dimisión del pactista Oriol Junqueras dejando la negociación de pactos a la exiliada Marta Rovira mucho menos comprometida con los socialistas. La primera prueba fue el pacto ERC con el partido de Puigdemont para la mesa del Parlament donde los nacionalistas tienen mayoría.
Los socialistas están nerviosos porque los números no les salen. Dependen de los votos de los republicanos para lograr que Salvador Illa sea el próximo presidente de la Generalitat (claro que no sería la primera vez que los socialistas recibieran los votos del PP) y tienen en la sombra la candidatura de Carles Puigdemont. Posiblemente, el presidente del Parlament encargará en primer lugar al dirigente socialista que sea el primero en defender su investidura (aunque cuente con menos apoyos) como una maniobra de los nacionalistas para desgastarle. Si no lo logra y los jueces lo permiten ser la hora que lo intente Puigdemont y si tampoco lo logra, pues nuevas elecciones. En este caso no sería de extrañar (cosas más raras se han visto) que ERC y Junts pactaran una lista conjunta.
También en Catalunya puede que algunos hayan vendido la piel de oso antes de cazarlo…
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.