¿Apoya el PP el reconocimiento del Estado de Palestina, anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el pleno del Congreso, para el próximo 28 de mayo próximo? Según su líder Alberto Núñez Feijóo, no, pues entiende que Sánchez utiliza la causa Palestina para evitar que se hable de “la trama del PSOE” y para “dividir a los españoles”. Feijóo adujo además que la prioridad no es ahora el reconocimiento del Estado palestino sino la liberación de los rehenes israelíes en manos de Hamas, el alto el fuego y la ayuda humanitaria.

¿Respalda el PP al presidente del Gobierno frente al ataque personal, tildando de corrupta a su esposa, que le infligió el presidente de Argentina, Javier Milei, en el mitin de la ultraderecha europea organizado por los ultras españoles en Madrid? No, de ninguna manera, ya que “el señor Milei ha tratado a Sánchez como él trata a los españoles que no están de acuerdo con él”, según viene diciendo Feijóo. En el pleno del Congreso añadió además la petición de que Sánchez cese al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, por retirar a la embajadora española en Buenos Aires después de que Milei se haya negado a pedir disculpas y haya incidido en su falta de respeto hacia el jefe del Gobierno español llamándole “arrogante” y “cobarde”. Resulta que para Feijóo, el ministro de Exteriores pone “los intereses de España al servicio de los intereses del Partido Socialista”.

Si el presidente del PP, Feijóo, se muestra complacido con la falta de educación y del debido respeto a las personas cuando se trata de atizar al jefe del Ejecutivo español desde la ultraderecha más nociva para los derechos humanos y sociales, debe de ser porque su incapacidad de realizar una oposición constructiva y con discurso propio le lleva a convertirse en este y otros muchos casos en peón de Abascal. No ha mucho que el jefe faccioso español acudió a la toma de posesión de Milei y alentó el desprecio y los insultos a Sánchez, al que han llegado a llamar “asesino”. Para Feijóo, sin embargo, lo relevante es que el presidente del Gobierno cese a Albares y obligue a alguno de sus ministros a “lavarse la boca”.

El presidente Sánchez, que tampoco en la política europea ni en las materias sociales (pensiones, salarios, reducción de la jornada laboral, etcétera) puede esperar apoyo alguno de una derecha “cada vez más ultraderechizada”, informó al pleno del Congreso del doble fracaso del PP y Vox al tratar de “inhabilitarle” por la vía judicial con casos falsos de corrupción, rechazados por la Audiencia Nacional. Sobre la investigación a su esposa a petición de dos entidades ultras afirmó: “Mi mujer es una profesional seria y responsable”. Y añadió entre aplausos de los diputados socialistas: “Mi Gobierno es un Gobierno limpio”, en contraste con la cantidad de ministros de la derecha implicados en corrupción.

Sánchez, que se mostró dispuesto a acudir, lo mismo que su esposa, a la comisión investigadora impulsada por el PP en el Senado sobre el “caso Koldo”, lamentó, no obstante, que la política de la oposición derechista se reduzca a “la nada y el lodo”. En vez de propuestas manejan “la máquina del lodo” con tres objetivos, dijo: ocultar su proyecto antisocial, emborronar los éxitos del país en materia económica y social, y quebrar al presidente de un Gobierno que sube el SMI, revaloriza las pensiones, aplica el impuesto a las grandes fortunas y adopta decisiones que no gustan a una minoría. “Pero ya les digo yo que van listos”. Eso les dijo.