El Panorama económico y sectorial 2024, que elabora Mapfre Economics y publica Fundación Mapfre, asume que las dificultades geopolíticas y otros riesgos se mantendrán, con una política monetaria que entra en una etapa de moderación a la espera de convalidar la efectividad de las medidas tomadas, y una política fiscal que dejará de ser un soporte adicional.
La complejidad de las cadenas de suministro y su interconexión está poniendo a
prueba la resiliencia del comercio mundial tras las reordenaciones económicas globales
aplicadas tras la pandemia.
La actividad económica será más débil, con una gradual desaceleración del crecimiento que tocará fondo a principios de 2025. Aún es necesario controlar la inflación porque está el riesgo de que vuelva a repuntar como resultado de los problemas geopolíticos.
«La economía global se encamina hacia un ajuste a corto plazo, buscando un
equilibrio entre la oferta y una demanda menos activa, con nuevos precios aún por definir. Este escenario sugiere un ajuste de mitad de ciclo, en donde los avances en la oferta continúan de manera gradual y positiva, mientras que la demanda se mantiene en niveles más débiles o estancados», apunta el informe.
«Los bancos centrales de todo el mundo están a la espera de este proceso, buscando establecer una nueva tasa de equilibrio o tipo de interés neutral que se adapte a los nuevos niveles de precios. Las decisiones de los bancos centrales jugarán un
papel crucial en determinar si el ajuste ha sido lo suficientemente preciso para prolongar el actual ciclo de expansión, o si, por el contrario, los efectos acumulados de la política monetaria indican una ruptura clásica de final de ciclo», añade.
De esta forma, los expertos de Mapfre Economics vaticinan un «cierto declive» en el
crecimiento económico durante 2024, seguido de una moderada recuperación en 2025. En el escenario base, la actividad global crece el 2,3% en 2024, el 2,6% en 2025, con una inflación del 4,4% y 3,3%, respectivamente.
España crecerá el 1,4% en 2024 y el 1,8% en 2025
La economía española ha mostrado una mayor resiliencia que otros países del entorno, pero el efecto del endurecimiento monetario ya empieza a notarse, con un debilitamiento del crecimiento. El PIB pasará de crecer el 2,5% en 2023 a un 1,4% en 2024, para remontar el 1,8% en 2025.
El consumo y la inversión se desacelerarán hasta que las condiciones financieras vuelvan a ser más benignas. La inflación también se frenará este año y se situará en el 2,4%, aún sin llegar al objetivo del 2% fijado por el BCE, que se alcanzará ya en 2025.
Los expertos de Mapfre Economics identifican como riesgos clave para la economía española el endurecimiento monetario, la desaceleración en la construcción y en la contratación de hipotecas, la congelación o suspensión de inversiones industriales, y un menor crecimiento tanto en turismo como en las exportaciones
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