BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo, compra Global Infrastructure Partners (GIP) por 12.500 millones$ (11.415 millones€): 3.000 millones$ en efectivo y 9.500 millones en 12 millones de acciones. De esta forma, se convierte en uno de los mayores inversores mundiales en infraestructuras, ya que GIP gestiona unos 100.000 millones$ en este tipo de activos (entre ellos el aeropuerto de Gatwick en Londres), frente a los 50.000 millones de BlackRock.
La firma quiere más peso en activos alternativos, porque cada vez son más demandados por inversores institucionales como fondos de pensiones y los soberanos. Actualmente, apenas pesan el 3% de los activos bajo gestión de BlackRock, pero generan alrededor del 10% de los ingresos por comisiones.
BlackRock, con GIP, puede plantar cara a los grandes jugadores en infraestructuras, como Macquarie o Brookfield.
Además, la mayor operación de BlackRock en una década tiene un ‘morbo’ añadido: uno de los principales activos de GIP es el 20% de Naturgy que adquirió en 2016 por 3.800 millones y que llevaba tiempo tratando de vender.
Tras la compra de GIP, BlackRock y CVC, otro de los grandes fondos internacionales, controlan el 40% de Naturgy, frente al 26,7% de CriteriaCaixa y el 14% de IFM. Pero CVC también trata de vender su participación.
El consejo de administración de Naturgy propuso la escisión de la compañía en dos, una con los activos liberalizados y otra con los regulados, pero topó con la oposición del Gobierno.
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