El consejero delegado del Banco Sabadell parecía exultante, a pesar de calificar la situación económica como desastrosa. Y ello por dos razones: el banco ha logrado colocarse entre las seis grandes entidades españolas con la operación de compra de la CAM y porque las decisiones tomadas la semana pasada por el Banco Central Europeo permiten mirar “con comodidad los problemas de liquidez de la banca en 2012”.
Ha sido un año redondo para el Sabadell. Su cuenta de resultados, según su consejero delegado, Jaime Guardiola, “muestran una clara diferencia entre la parte de arriba (márgenes y costes) y la de abajo (provisiones y beneficios). Los márgenes, según el banco, aumentan y lo que ocurre es que sigue siendo necesario hacer un esfuerzo suplementario en provisiones para hacer frente a la morosidad que sigue creciendo.
Pero si sus cuentas salen medio bien lo cierto es que ha cerrado el ejercicio con la adquisición, por un euro, de una red de más de 900 oficinas y 6.000 trabajadores y un balance que supera los 60.000 millones de euros. Balance en una parte importante dañado en su activo pero cuya sanidad será resuelta en un 80% por el Fondo de Garantía de Depósitos y solo en un 20% por el grupo adquirente.
Con esta barata adquisición, hay que tener en cuenta que además el FROB se ha comprometido a garantizar la liquidez que necesite renovar la CAM, el banco entra por derecho propio en lo que se han denominado entidades sistémicas y lo hace, según Guardiola, por la puerta grande manteniendo su tradicional “conservadurismo” en lo que se refiere a operaciones de adquisición. “Somos conservadores en el precio que pagamos”, afirma, “y lo hemos sido siempre”, refiriéndose a que precisamente por no pagar un precio considerado por ellos elevado no adquirieron el Banco Pastor, que finalmente ha ido a manos de su competidor más inmediato, el Banco Popular.
Guardiola no ha dudado en calificar de muy importantes las medidas adoptadas por el BCE la semana pasada, “que han pasado algo desapercibidas por el ruido originado en la cumbre de jefes de gobierno de la Unión Europea”, que garantizan que la banca europea no va a tener problemas de liquidez no ya en el futuro inmediato sino “de forma estructural” y a un precio bajo gracias a la reducción del precio del dinero, la subasta a tres años de plazo y las menores garantías de calidad exigidas a los avales a depositar en el BCE para obtener dinero fresco.
El Sabadell, ha dicho Guardiola, acudirá a las subastas a largo plazo del BCE, por lo menos por la cantidad que tiene ya comprometida la CAM con la autoridad europea, por encima de los 7.000 millones de euros, pero no descarta hacerlo también por una parte de sus propias necesidades de liquidez.
Respecto al proceso de absorción de la CAM, el consejero delegado del Sabadell ha sido muy cauto entre otras cosas porque “hasta marzo seguirá gestionando el FROB al Banco CAM y nosotros no podemos actuar”. No obstante, ha resaltado que se “trata de una gran franquicia” que tiene dos millones de clientes en la zona del Levante a la que hay que lograr que recupere la confianza de los clientes.
“Se llamará Sabadell Cam”, dijo Guardiola, porque de esta manera “representa lo mejor de la caja y la seguridad de que algunas cosas van a cambiar con la nueva gestión que encarna el Sabadell”. Los clientes del Levante, los que interesan de verdad al Sabadell, “han seguido siendo fieles a su caja” y quienes se han ido en estos meses son más grandes depósitos y clientes de otras zonas “que suelen subastar su dinero entre las entidades”.
De las 2.200 oficinas con que contará el nuevo grupo en marzo se piensan cerrar unas 300, tanto de la CAM como del Sabadell, señaló Guardiola, dejando claro que se mantendrán la gran mayoría de las procedentes de la antigua caja que están en su principal zona de influencia. Los ajustes vendrán de otras zonas y de los servicios centrales, aunque habrá un gran centro administrativo regional que permitirá que la reducción de plantilla sea menor.
El grupo desarrollará una amplia campaña comercial entre los clientes procedentes de la CAM para que estos recuperen la confianza en la entidad y dentro de ella es posible que se haga algún esfuerzo con los poseedores de cuotas participativas, no tanto por serlo como por el hecho de querer conservarles como clientes cuando les interesen.
La integración, dijo Guardiola, no tiene por qué ser complicada a pesar del tamaño que tiene la CAM en comparación con el propio Sabadell. “Es verdad que representa algo más del 40% del banco, pero también es cierto que el Atlántico era el 35% cuando se integró y se hizo sin grandes problemas”. Para el Sabadell se trata de una “operación de tamaño, pero no compleja” por la escasa diversificación de negocio que ha tenido la caja. “Es una entidad de retail”, muy centrada en una zona geográfica y en pocos negocios. El Sabadell confía en que su capacidad de gestión y de aumentar la relación con los clientes, proporcionándoles más servicios de los que actualmente reciben permita poner en rentabilidad inmediata a la caja absorbida.
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