Las empresas de trabajo temporal (ETT) han perdido entre un 10% y un 20% de su negocio tras la entrada en vigor de la última reforma laboral. Entre 2023 y 2019, el último año antes de la pandemia, la caída de su negocio oscila entre el 15% y el 25%, si hablamos de contratos de puesta a disposición. Y del 10% al 15% en el caso del número de trabajadores cedidos mes a mes, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo.
El descenso de la actividad de estas empresas encargadas de contratar trabajadores para cederlos luego a otras empresas es patente. Desde la aprobación de la reforma laboral, que terminó con la utilización del contrato de obra y servicio, el número de trabajadores cedidos y el de contratos firmados han caído con fuerza, en comparación con el año 2019, el último antes del vaivén laboral provocado por la pandemia de coronavirus.
En enero, el descenso de trabajadores cedidos respecto a entonces rondó el 12,5%; unos 177.000, frente a los casi 203.000 de aquel año. Una caída similar a la registrada en febrero y marzo, que luego se amplió al 15,8% en abril, para caer por debajo del 10% en mayo, según los últimos datos disponibles.
Un descenso aún más pronunciado si hablamos de contratos firmados por estas empresas, que comenzaron el año con una caída del 24% respecto a enero de 2019, y así siguieron hasta abril, con la excepción de marzo, en que la caída no llegó al 20%; y mayo, un 16,6%.
Auge del contrato fijo discontinuo
Sin duda la inactividad de las empresas de trabajo temporal durante los últimos meses tiene que ver con la aprobación de la reforma laboral a finales de 2021, y especialmente con la prohibición de utilizar el contrato de obra o servicio, uno de los más usados hasta la fecha por estas compañías especializadas en el trabajo temporal.
De hecho este contrato de obra o servicio suponía un 38,7% del negocio de estas compañías, según el promedio de 2019; con picos cercanos al 50% en los años anteriores.
Un negocio que las compañías de trabajo temporal han derivado hasta el contrato fijo discontinuo, el contrato intermitente pactado por empresarios, sindicatos y el Gobierno para luchar contra la temporalidad inapropiada; y que en mayo supuso un 38,3% del total de contratos de puesta a disposición firmados por estas ETT, un máximo histórico en esta corta serie que arranca en marzo de 2022.
Ese mes la reforma laboral autorizó a las ETT a utilizar el contrato fijo discontinuo, que antes tenían vedado, y desde entonces su utilización no ha hecho más que crecer, salvo en un par de meses.
Así, si en abril de 2022, se firmaron unos 18.000 contratos fijos discontinuos en el marco de las ETT, a finales de año esta cifra ya rondaba los 100.000 contratos mensuales, que se dispararon en mayo hasta rozar los 130.000, según los últimos datos disponibles.
Sin embargo, el rey de las ETT sigue siendo el contrato por circunstancias de la producción, que supone desde años al menos la mitad de todos los contratos que cada mes firman los trabajadores que acuden a estas empresas de trabajo temporal; con picos del 75% durante la pandemia, y anclado en el 55% entre enero y mayo de este 2023, con variaciones mínimas.
¿Qué sectores utilizan más las ETT?
La presencia de las ETT en el sector de la construcción es testimonial. En cambio, los servicios acaparan cerca de la mitad – en números redondos – del total de contratos mensuales de las ETT; en tanto que la agricultura y la industria se reparten la otra mitad, con grandes oscilaciones a lo largo del año.
Así, en la agricultura, el recurso a las ETT acompaña las temporadas de mayor actividad del sector, para decaer durante los meses de verano. En 2019, por ejemplo, si el año comenzó rondando los 66.000 contratos durante el mes de enero, esa cifra cayó a la mitad durante el mes de agosto, para remontar en diciembre prácticamente al mismo lugar de enero.
En 2023, en el campo se firmaron en mayo unos 72.000 contratos; bastantes menos que los 97.000 firmados en 2019 en igual mes.
En los servicios, en mayo, el descenso fue similar. Si en 2023 se han firmado unos 175.000 contratos, entonces, en 2019, los compromisos firmados superaron los 206.000.
Este sector, en cambio, presenta un patrón distinto en cuanto a su actividad anual. Si aquí los tres primeros meses del año suelen ser flojos, la llegada del verano y la recta final del año presentan siempre picos de contratación, seguramente debido a la influencia del comercio y la hostelería dentro del gran sector de los servicios.
Por último, la industria ha ganado peso en la utilización de las ETT dentro de sus necesidades de contratación. Si en 2019 el sector representó entre un 25% y un 30% del total de contratos firmados en las ETT; este 2023, esa cifra alcanzó casi el 34% en enero, y no ha bajado del 26,3% hasta mayo, según los últimos datos disponibles; con entre 70.000 y 95.000 contratos firmados cada mes, en números redondos.
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