Cerca de un 85% del total de personal educativo con un contrato fijo discontinuo causó baja en la Seguridad Social en el período que va de enero a julio: las casi 130.000 bajas tuvieron lugar a pesar de la prohibición de utilizar este contrato potenciado por la última reforma laboral, según estableció en marzo la Audiencia Nacional.
El número de personas contratadas bajo la fórmula ‘estrella’ de la reforma Díaz cayó entre enero y julio desde los casi 152.000 del primer mes, a los apenas 23.000 del segundo en el sector educativo, según cifras del número de afiliados a último día del mes, facilitadas por el Ministerio de la Seguridad Social.
La baja masiva de profesores y el resto de personal representa un 85% del total de fijos discontinuos que trabajan en el área educativa. Y es una constante desde el inicio de la serie, en 2013. Sin embargo, entonces, el número de estos docentes y otros profesionales apenas rondaba los 32.000, en enero de aquel año; mientras que hoy representan casi 152.000 personas, según el dato del mismo primer mes del año.
Lo que sí ha cambiado es el peso de la educación dentro del total de fijos discontinuos que cotizan a la Seguridad Social. Y ello a pesar de que el pasado mes de marzo, una sentencia de la Audiencia Nacional estableció la prohibición de utilizar este contrato intermitente en el sector educativo, al no ser esta una actividad estacional, según dictaminaron los magistrados que desestimaron la pretensión de la patronal educativa de centros privados Acife de variar el convenio colectivo y abrir las puertas a la utilización del fijo discontinuo en este sector.
A pesar de esta prohibición, en enero la educación era el segundo sector con más peso en la utilización de estos contratos fijos discontinuos, con los cuales el Gobierno Sánchez trata desde 2022 de aminorar la temporalidad en España; solo por detrás de la hostelería.
Así, el primer mes del año, un 19,2% del total de fijos discontinuos en España pertenecían a la rama educativa; tan solo un par de puntos por debajo de la hostelería, que encabezaba el listado con un 21% del total.
En julio, sin embargo, la diferencia se tornó en abismo, cuando la hostelería más que duplicó su número de afiliados fijos discontinuos, al rondar los 385.000; casi un 44% del total de 875.000 trabajadores con este contrato el último día del mes. Mientras que la educación, en ese lapso, se desinfló desde los citados 152.000 a los escasos 23.000 — apenas un 2,6% del total de fijos discontinuos el pasado mes de julio —.
Gran volatilidad en educación y hostelería
El pase a la inactividad de los fijos discontinuos supone que estos dejan de trabajar y por tanto de percibir cualquier salario; si bien su situación no figura en el registro de parados de los servicios públicos de empleo, sino en el demandantes de empleo no ocupados, lo que ha provocado una gran polémica, y acusaciones al Gobierno de maquillar las cifras del paro con este contrato; a pesar de que el método de cómputo no ha variado.
Y ello a pesar de la enorme volatilidad que está registrando la afiliación bajo este tipo de contrato. Para hacerse una idea baste citar las 615.000 personas que dejaron de cotizar a la Seguridad Social el pasado mes de junio (el de mayor volatilidad) bajo esta modalidad contractual; si bien, una vez contabilizadas las nuevas altas, el saldo queda en apenas 30.000 afiliados de diferencia; es decir, el gran número de bajas (615.000) se compensó en junio con un número similar de altas, que arrojó una diferencia negativa de unos 30.000 cotizantes; luego ampliada en julio a unos 115.000 afiliados menos bajo un contrato fijo discontinuo.
¿Qué sectores utilizan más el ‘contrato estrella’?
Para responder a esta pregunta hay que referirse a la naturaleza estacional de la actividad a que está reservado este contrato que los sindicatos y los empresarios pactaron con el Gobierno a finales de 2021 para tratar de atajar el problema de la temporalidad sin causa que pesaba sobre el mercado de trabajo español.
Si miramos en enero, observamos cómo la hostelería apenas representa un 21% de los 790.000 fijos discontinuos en alta el primer mes del año — es decir, unos 165.000 —; que se disparan hasta rozar los 385.000 en julio, casi un 44% del total.
Como ya se dijo, la educación representaba el segundo sector con más peso respecto del total de fijos discontinuos el pasado enero, con un 19% del total y unos 152.000 contratados; que se redujeron a poco más de 23.000 el pasado julio.
Más regular en cuanto a su cuota de fijos discontinuos sobre el total son las actividades administrativas, que rondan un 14% del total de trabajadores bajo esta fórmula intermitente de actividad, tanto en enero como en julio.
Al igual que el comercio que acapara en torno al 10% del total de fijos discontinuos, en ambas épocas del año; seguido de la industria, donde trabajan en torno al 7% u 8% del total de estos empleados fijos encuadrados en el régimen general; y las actividades artísticas y de entretenimiento, que emplean en torno al 6 o 7% del total, dependiendo de la época del año; o la construcción, que da trabajo a unos 33.000 fijos discontinuos casi todo el año este 2023, en torno al 4% del total.
Datos que apuntan al sector educativo como una clara anomalía en el uso de este contrato, donde, exceptuado este sector, la mayor oscilación se produce en la hostelería, como ya se dijo, que duplica de largo su personal fijo discontinuo entre los pasados enero y julio, aunque en este último caso, buena parte de la actividad sí es claramente estacional.
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