“Un enorme problema”. De esta forma califica el sindicato UGT el funcionamiento del sistema de clasificación de las enfermedades profesionales. Una maquinaria que conduce a que el origen de buena parte de estas dolencias causadas por el trabajo permanezca “oculto”, generando sufrimiento, pérdidas económicas y falta de prevención para evitar los riesgos de sufrir una enfermedad o accidente profesional.
Entre enero y junio se han declarado poco más de 14.000 enfermedades profesionales en toda España, según los datos el Observatorio de las Contingencias Profesionales de la Seguridad Social que maneja el sindicato.
La cifra, a pesar de haber crecido un 17% respecto a igual período del año anterior, contrasta con el millón de trabajadores que faltan cada día de media a su trabajo debido a una incapacidad temporal, según la consultora Randstad, en un informe basado en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) para el primer trimestre de este 2023.
Según UGT, la diferencia estriba en la inoperancia del sistema de clasificación de las enfermedades y su origen laboral.
Los trabajadores que sufren una dolencia derivada del trabajo se encuentran con que su clasificación como tal depende de las Mutuas de accidentes de trabajo; unas entidades mixtas que son juez y parte en este caso; ya que su declaración como enfermedad profesional implica la obligación de ofrecer tratamiento médico al trabajador y de costear además la prestación (y de un importe superior además) a que tiene derecho toda persona que cotiza a la Seguridad Social.
El resultado, según vienen denunciando los sindicatos, es que las Mutuas incumplen sistemáticamente su obligación de clasificar como enfermedades profesionales las dolencias que sufren los trabajadores como consecuencia de la práctica profesional; y las clasifican como comunes, en lugar de profesionales, con un evidente perjuicio para los trabajadores y las arcas públicas.
Esta infradeclaración genera “un enorme sufrimiento tanto físico como psíquico” a las personas afectadas, afirman desde el sindicato. En primer lugar, un “perjuicio económico” para el trabajador, que cobrará una prestación de inferior cuantía. Y además para Sistema Nacional de Salud y la Seguridad Social, que deberán asumir el tratamiento médico de la enfermedad, en el primer caso; y costear la prestación, en el segundo.
Los sindicatos han acuñado incluso una palabra que designa esta falta de reconocimiento de las enfermedades profesional, el “infrarreconocimiento” o “infradeclaración” del origen profesional de una enfermedad, que supone “un enorme problema”, insisten desde UGT.
Salud mental, apenas 80 casos
Si la falta de reconocimiento del origen laboral de las enfermedades es una práctica extendida, la situación se agrava incluso en el caso de la salud mental.
En el primer semestre, apenas se han declarado 80 casos en toda España de estos desórdenes mentales derivados de riesgos psicosociales y organizativos de origen laboral.
“Apenas se reconocen como contingencia profesional”, denuncian, en torno a una estadística de habla de 71 casos de estas enfermedades mentales causadas por el trabajo en toda España; y de 9 casos más de enfermedades agravadas por el ambiente laboral.
“Instamos al futuro Gobierno a incluir dentro de sus prioridades el garantizar el derecho fundamental de los trabajadores a los entornos de trabajo seguros y saludables”, tal y como dicta la Organización Internacional del Trabajo (OIT), afirman desde la central sindical.
Lo oculto no se previene
El sindicato señala además otro problema derivado de la invisibilidad de las enfermedades profesionales para la Administración.
“Si no se identifica el origen profesional de la enfermedad, es como si no existiera a los ojos de la prevención. El riesgo seguirá estando presente en el centro de trabajo. Lo que no se ve, no se previene”, alerta el sindicato.
De las 14.083 enfermedades profesionales declaradas durante el primer semestre, un 83% del total corresponde a patologías relacionadas con trastornos musculoesqueléticos.
Sin embargo, otros datos — como los del cáncer de origen laboral — traslucen para UGT una “eficiente infradeclaración” de este tipo de dolencias, con apenas 37 casos (todos hombres) en el primer semestre; la mayor parte debidos al amianto.
“Proponemos una actualización del listado de enfermedades profesionales”, concluye el sindicato. “E incluir las patologías relacionadas con los riesgos psicosociales en el Cuadro español de enfermedades profesionales”, como ya hizo la OIT en 2010, agregan.
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