Mucho ruido y pocas nueces

11/07/2023

J. M Miner Liceaga.

Mucha expectación. Mucho anuncio. Mucho interés. No poca curiosidad. Incluso algo de suspense. Mucha esperanza por una y otra parte. Y, al final ¿qué? Pues lo dicho: mucho ruido y pocas nueces. 

De sobra se sabía que el juego estaría diseñado, en buena parte, para jugar por los extremos. Y nadie se equivocó… que si la derecha extrema, que si la herencia de los terroristas, que si la falta de respeto a la Constitución, que si las rebajas a los independentistas… Siempre que hubo ocasión, salieron los trapos sucios. Deshechos que, de tanto ser repetidos, ya casi ni interesan aunque se tengan en cuenta de vez en vez. 

No hubo emoción, a mi entender, porque los argumentarios preparados, los datos confeccionados, las hemerotecas consultadas y expuestas en el debate llevaban impregnadas una capa de pátina, fruto de la repetición que, por conocida y manoseada a lo largo del tiempo dejaban muy poco margen a la novedad.

¿Expectación?, mucha. ¿Atención?, mucha también. Pero los protagonistas se empeñaron en interrumpir al contrario, que no enemigo, y los moderadores no tuvieron más remedio que recordarles que si hablaban los dos a la vez los del otro lado de la pantalla, como así fue, no se enterarían de nada.

Tal vez en esas interrupciones se dijeron las cosas mas interesantes del diálogo. No lo sé. Pero la impresión es que el personal se quedó, sobre todo en la primera mitad de la reunión, con el tono jocoso del aspirante a presidir el Gobierno y el tono más gesticuloso del actual Presidente. 

¿Y del contenido, qué? Alguien pudo pensar, quizá de manera inocente, que dada la categoría de los dos adversarios políticos, expondrían con claridad buena parte de sus respectivos programas económicos. Que hicieran partícipes a la ciudadanía de las soluciones a los problemas actuales. Pero salvo alguna que otra pincelada,ya conocidas por cierto, el caso es que al margen de dejar constancia de la dificultad de llegar a acuerdos relevantes, quedó de manifiesto que cada uno camina por su senda particular, con visiones diferentes y aplicación de soluciones igualmente distintas.

Menos mal que ya no tendré que esperar a los 72 para poder jubilarme. Si, acaso, en la próxima reencarnación, que no descarto. Menos mal que con la experiencia acumulada podía sospecharse que el debate anunciado a bombo y platillo como único y exclusivo tendría poca sustancia comestible. Parafraseando, yo venía a escuchar en el qué y en el cómo se utilizarían los cuartos de mis impuestos. Tal vez me quedé dormido en ese capítulo y, lógicamente, no me enteré, pero insisto: mucho ruido y pocas nueces. De mi libro apenas si se habló.

Tenemos menos inflación que nadie; crecemos más que nadie; más empleados que nunca; un aspirante a Presidente sereno que destila confianza para muchos.. pero, reitero… ¿qué van a hacer con los dineros de mis impuestos?

Mucho reproche, mucho y tu partido más, mucha educación y respeto… pero poca o nula memoria económica.

Quizás en la próxima reencarnación, que no descarto…

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