La ausencia de una unión bancaria completa es un «agujero» en el marco institucional de la Unión Europea que, de haberse cerrado, habría limitado las tensiones financieras producidas por el colapso del Silicon Valley Bank (SVB) y del Credit Suisse, defiende el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, en el 18 IESE Banking.
Aunque los bancos de la Eurozonai «están capeando ando el temporal» gracias a su «sólida capitalización y liquidez», las vulnerabilidades persisten. Porque la ausencia de la Unión Bancaria «es una fuente de inestabilidad para el sector».
Las consecuencias del contagio de las turbulencias financieras desde Estados Unidos y Suiza «habrían sido mucho más tenues» si la Unión Bancaria en la UE existiera ya.
La principal lección de estas quiebras es la velocidad a la que se produjo la fuga de depósitos, un hecho que se ve acentuado por la digitalización de la banca, «con clics en tu app del banco», y por las redes sociales, que «son guías de comunicación alternativa y de intercambio de información, a veces correcta, otras veces no».
Luis de Guindos recalca que el caso de la banca europea es muy diferente, pues está respaldado por una «fuerte» capitalización y liquidez «que les diferencia de sus pares» en el resto del mundo. Y «aproximadamente la mitad de sus activos líquidos de alta calidad» están resguardados en los bancos centrales, ya sea en efectivo o en depósitos.
No obstante lanza varias advertencias: aunque los tipos altos incrementen los ingresos netos por intereses de los bancos, «estos beneficios pueden ser menores de lo previamente anticipado», pues un endurecimiento de las condiciones de financiación reducirá la demanda de crédito, y por tanto el volumen de negocio.
Además, este entorno de tipos altos puede exacerbar las «vulnerabilidades en las instituciones financieras no bancarias», las cuales podrían contagiar a los bancos de la Eurozona por la elevada interconexión entre estos.
Ante esto, De Guindos anima a preservar el escudo de capital y llama a la «implementación completa» y «sin dilación» de los criterios de Basilea III, a completar la unión bancaria y a adoptar el Esquema Europea de Garantía de Depósitos, así como a profundizar en la integración de los mercados de capitales que «proporcionen a las empresas fuentes alternativas de financiación o complementen los créditos bancarios».