La compañía estadounidense de procesadores Intel perdió 2.800 millones de dólares (2.549 millones de euros) en el primer trimestre de este año, frente a un beneficio de más de 8.000 millones de dólares (7.281 millones de euros), según informó este jueves la firma, que se anota así las mayores pérdidas trimestrales de su historia.

Además, las ganancias por acción han bajado respecto al primer trimestre de 2022 en un 133%, hasta perder 0,66 dólares por acción.

Así, aunque las previsiones eran peores, los ingresos de la compañía en el primer trimestre fueron de 11.700 millones de dólares (10.656 millones de euros), lo que supone un descenso del 36% en la facturación de la empresa.

Por segmento del negocio, todas las divisiones de la compañía sufrieron pérdidas a excepción de Mobileye, la unidad de vehículos autónomos, que creció un 16% hasta los 458 millones de dólares (419 millones de euros).

En este sentido, la división de computación (CCG) ha caído un 38%, la de centro de datos e IA (DCAI), 39%, la división de redes (NEX), un 30%, y los servicios de fundición (IFS), cayeron un 24%.

«Obtuvimos resultados sólidos en el primer trimestre, lo que representa un progreso constante con nuestra transformación», ha asegurado el consejero delegado de Intel, Pat Gelsinger, que se mostró «cauteloso» respecto a la perspectiva macroeconómica de la compañía.

Por su parte, el director financiero de Intel, David Zinsner, aseguró que han «superado» las expectativas en el primer trimestre.

De cara al segundo trimestre del año, la compañía prevé unos ingresos de entre 11.500 y 12.500 millones de dólares, así como la recuperación de 4 centavos en los beneficios por acción.