
El director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Ibercaja, Enrique Barbero, en la jornada ‘Perspectivas del Mercado Inmobiliario 2023’.
El director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Ibercaja, Enrique Barbero, cree que la nueva crisis financiera, surgida a raíz de la quiebra del Silicon Valley Bank, en Estados Unidos, «va a ser mucho menos severa en el ámbito internacional que la de 2008-2012» y no habrá racionamiento del crédito.
Durante la inauguración de la jornada ‘Perspectivas del Mercado Inmobiliario 2023’, organizada por Ibercaja Banco y la Cátedra Mercado Inmobiliario de la Universidad de Zaragoza, argumenta que existen bases objetivas para confirmar que la «fortaleza» del sector bancario español «es mucho mayor en este momento que en el periodo 2007-2008». Cuestión «importante para que haya capacidad de prestar» y «no haya un racionamiento de crédito como el que hubo en el ciclo 2008-2012» y «esto nos hace ser moderadamente optimista».
Ha agregado que el entorno «no es fácil y sencillo para nadie», el año 2023 «no es» como 2022, «vienen curvas», pero ha vaticinado que serán más suaves que las de los años anteriores.
El director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Ibercaja establece tres similitudes y siete diferencias entre la crisis bancaria de 2007-2008 y la actual.
Sobre las coincidencias, las dos tienen su origen en Estados Unidos, «con una posterior extensión al resto del planeta», y ambas han requerido «rescatar entidades bancarias». Además, «se han contaminado todos los mercados financieros», «las Bolsas han caído, especialmente las acciones de los bancos», todos «están sufriendo las consecuencias de la desconfianza y la volatilidad».
Respecto a las diferencias, lel alcance, ya que, en 2008, el primer banco que quebró, Lehman Brothers, «era el cuarto de Estados Unidos y de Wall Street» y los afectados ahora «son más regionales» y de tamaño «mediano».
En segundo lugar, el sustrato en el que explotó la burbuja de las hipotecas subprime en 2007-2008 era fruto de una década «de crecimiento irracional» y «ahora no venimos de una etapa expansiva, ni en Estados Unidos, ni en Europa, ni en España, sino de dos crisis sucesivas» y con unos activos con precios más ajustados. «No explota sobre un polvorín, sino prácticamente sobre el desierto», ha sintetizado Barbero.
La tercera diferencia es que los bancos centrales «han aprendido la lección» y si entonces tardaron, en algunos casos, meses en intervenir, ahora lo están haciendo en semanas o días y «en una crisis bancaria el tiempo es dinero; cuanto más tardas en actuar, muchísimo más dinero pierden los accionistas y el conjunto del mercado».
En 2007-2008 la banca española «estábamos muy justos de capital», con la ratio de solvencia «en apenas el 8%», cuando «hoy está casi en el 14%, un 75% más de solvencia de capital para afrontar lo que venga».
Si entonces la liquidez tenía una ratio de créditos-depósitos del 135%, un 35% del crédito no estaba cubierto por depósitos y había «400.000 millones€ que la banca española tenía que importar de los mercados internacionales» y si éstos se cerraban había un problema «severo» y «a las pruebas nos remitimos», en estos momentos esa ratio está en el 85%»y en los balances de los bancos hay 180.000 millones de euros más de depósitos que de créditos y eso es tremendamente importante para la capacidad crediticia».
Un banco, para dar crédito, «necesita solvencia, capital y liquidez» y, «entonces, ni había solvencia, ni liquidez; ahora hay solvencia y liquidez».
Además, las entidades bancarias han aprendido la lección y el perfil de la cartera de créditos que había en 2007-2008 no se parece a la actual y los sistemas de admisión, de seguimiento y recuperación que se han desarrollado estos años «no tienen absolutamente nada que ver con los que había»; el sector «es mucho más resiliente» y «está mucho más supervisado por el Banco Central Europeo».
En último lugar, se ha referido al mercado inmobiliario, «que es donde tenemos el activo los bancos españoles», frente a los bancos americanos y muchos europeos, donde el crédito representa entre el 30% y 40%, mientras en el español supone el 70% y 80%, que se concreta, básicamente, en hipotecas, crédito promotor y préstamo a las empresas y detrás del cual hay «capacidad evolución y las garantías reales».
Así, si en 2007-2008 «estábamos sentados sobre una montaña de crédito y sobre unas garantías que estaban tremendamente sobrevaloradas, hoy, el volumen de crédito es mucho más proporcionado a la capacidad de evolución de los distintos agentes económicos y con unos valores de las garantías que todos los analistas entendemos que van a resistir muchísimo más de lo que lo hicieron en 2008 a 2012».
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