UBS paga 3.000 millones por Credit Suisse y recibe ayudas por 100.000 millones

19/03/2023

Miguel Ángel Valero. El Banco Nacional de Suiza había amenazado con la nacionalización del segundo mayor banco del país si no salía adelante la fusión con el primero.

UBS comprará Credit Suisse por 3.000 millones€, y no por los 1.000 millones que había ofrecido inicialmente (que habían sido rechazados por los accionistas relevantes de la entidad, como el Banco Nacional Saudí). A cambio, recibirá una inyección de liquidez de 100.000 millones por parte del Banco Nacional de Suiza.

Además, el Gobierno suizo asumirá hasta 9.000 millones en pérdidas generadas por la operación. Pero los primeros 5.000 millones en pérdidas de crédito corresponderán a UBS. Luego el Gobierno suizo se hace cargo de los siguientes 9.000 millones, y UBS de las pérdidas adicionales, si las hubiera.

De esta manera, se evita la nacionalización del banco suizo, que sufría más de 10.000 millones en fugas diarias de depósitos desde la quiebra del Silicon Valley Bank en EEUU, que era la otra opción manejada por el Gobierno si no salía adelante esta operación con UBS.

La ministra suiza de finanzas, Karin Keller-Sutter, asegura que no hay una inyección directa de capital público en la operación: “No es un rescate, es una solución comercial, la mejor solución”. Y subraya que los tenedores de CoCos (bonos convertibles en acciones si se cumplen determinados requisitos) de Credit Suisse, que suman 16.000 millones, perderán toda su inversión para ayudar a financiar la operación.

UBS pagará en acciones propias 0,76 francos suizos (prácticamente la misma cantidad en euros) por cada una de Credit Suisse, mucho menos de lo que valía cada título el viernes en Bolsa (1,86 francos suizos).

Uno de los escollos, la consulta y aprobación necesaria de los accionistas en un plazo mínimo de seis semanas, como marca la normativa suiza, se soslaya con la autorización de los reguladores financieros del país, para no dilatar la solución a la crisis planteada en Credit Suisse.

También asume UBS que deberá realizar fuertes provisiones (5.000 millones, como mínimo)  y afrontar pleitos legales por polémicas operaciones de Credit Suisse, además de efectuar un ajuste de plantilla que afectará a 10.000 personas.

De momento, los CDS, las coberturas de riesgo de impago de deuda, de UBS han subido 40 puntos básicos, hasta los 215, tras conocerse la operación (los de Credit Suisse llegaron a situarse en el récord de los 800 pb).

Es más que probable que UBS tenga que vender activos para hacer más asequible la operación. Y ya hay candidatos interesados en ellos, como Deutsche Bank.

UBS se compromete a mantener la ratio de capital de máxima calidad en el 13%, y a abonar un dividendo progresivo en efectivo a sus accionistas.

La fusión entre UBS y Credit Suisse, que no es la primera vez que se ha planteado, crea un gran grupo de banca de inversión y de gestión de activos, con 5 billones en activos, con una posición dominante en Suiza y de cierta relevancia en EEUU, por lo que ha requerido el nihil obstat de la Reserva Federal.

Ahora el foco se pone en las entidades financieras que, como alertaban analistas y operadores de los mercados, se habían acostumbrado a operar en un entorno de liquidez ultralaxa y ahora tienen dificultades para hacer frente a unos tipos de interés más altos y a una liquidez más restringida, como publicaba diarioabierto.es el viernes 17 de marzo.

El Gobierno apoya la fusión ante la falta de confianza en Credit Suisse

El presidente de Suiza, Alain Berset, comparecía ante los medios para explicar la operación: «Credit Suisse es uno de los 30 bancos sistémicos a nivel mundial. Es uno de los dos principales bancos del país. Por lo tanto, no solo es decisivo para Suiza, para nuestras empresas, para los clientes privados, para sus propios empleados, sino también para la estabilidad de todo el sistema financiero».

Considera que las «importantes turbulencias» sufridas en los mercados financieros desestabilizaron al Credit Suisse, que «ha perdido la confianza de los bancos». «Ya no se podía restablecer la confianza necesaria y era imprescindible una solución rápida que garantizara la estabilidad», concluye.

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, aplaude la fusión, que considera «una medida decisiva» para atajar las turbulencias que han golpeado al sector bancario durante la última semana. Reitera que el sector bancario europeo está en buena forma para resistir a la tormenta financiera y a los altos tipos de interés, pero al mismo tiempo ofrece liquidez sin límites a todas las entidades si fuera necesario para frenar cualquier efecto contagio de la crisis de Credit Suisse y los problemas en la banca de EEUU.

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