No hago labor de apostolado

01/11/2011

diarioabierto.es.

Gracias a Dios todos tenemos algunos amigos con los que reímos  los momentos malos, momentos sufridos por las sorpresas que dan los ligues, novios, matrimonios…ya casi costumbres de esta época que oyes todos los días. Estas charlas con los amigos son la mejor terapia para hacerte ver, comparar, compartir y al final reír. Sigo sorprendida de los intentos de engaño y engaños de algunos hombres, escribo como fémina que soy y debatido con amigos, pero podemos cambiar de sexo al relato según quien lo lea.

Entramos en círculos de gente que se conocen aparentemente, con lo cual estamos en confianza, se supone. Un amigo de hace años te presenta a otro encantador amigo, en grupo se hacen risas, buena conversación y surge una empatía con esta persona y al final viene una cita y después un “te quiere ligar”. Lo mismo pasa por ejemplo, con un amigo que te encuentras después de 20 años sin verle, mucha conversación, mucho que contar, ¡que ilusión, qué confianza!, al final viene la cita y después un “te quiere ligar” .Hasta aquí es todo normal.

Amigas y amigas de amigas nos contábamos historias. Todas estas historias llevan al mismo sitio, ¡al virus del cincuentón! O lo que es lo mismo: ¡quiero seguir ligando para encontrarme la autoestima perdida!, por causas muy diferentes suponemos, nunca sabremos la verdad. Y…llegan las sorpresas, ¡Hombres casados! Con los mismos argumentos.-No tengo una conversación con mi mujer desde hace mucho tiempo; no nos gustan las mismas cosas y hacemos vidas separadas; si pudiera ,la mandaría al diablo ahora mismo, pero necesito tiempo por los niños ,aunque todo está terminado…etc. y etc. Esto, si dicen que están casados, porque la frase “estoy separado hace 5 años” es muy popular, ¿Por qué todos dicen 5 años?, se lo preguntare a algún psicólogo.

Al cabo de algún tiempo, una relación de estas, lleva a las grandes mentiras y “la presa” dándose cuenta de la verdad poco a poco, se va poniendo a la defensiva, con lo cual las faltas por obligaciones y las desapariciones por dolores crónicos de estos súper hombres casados se acrecientan, te empiezan a ignorar y a humillar con sus actos, a la vez que te quieren seguir teniendo bajo su tutela de macho. Hasta que por fin la relación se hace tan pesadita, que el engañador se relaja y le pilla su mujer o le pillas tu que… ¡su matrimonio es verdadero y unido! Con lo cual, quizás en algunos casos, salga perdiendo él por mentiroso. Qué ganas de ponerte en contacto con su mujer, pero los no mentirosos tampoco hacemos daño gratuito. En esto ultimo ,me incluyo.

Después tenemos la historia del “hombre raro”, como siempre partimos de una confianza por tener amigos en común. Ahora pensemos lo primero que te viene a la cabeza…50 años, soltero, encantador y ¡heterosexual! , se farda de no ser raro. Conclusión… ¡es raro seguro! Hombres buenos y encantadores que te tratan como a una princesa, al principio una mujer se deja impresionar, o eso quiere hacer ver, por lo tanto ellos están encantados con su liderazgo, porque ellos ya no quieren una mujer fastuosa al lado. Estos hombres quieren una mujer sin vida propia, que les cuiden y les estén esperando en casa,” o tengo una mujer que dependa de mi o no me arriesgo a perder mi libertad y mucho menos que me pueda dejar ella a mí, y encima me hiera el orgullo”. Cuando descubren, como es natural ya en estos tiempos, que esa mujer deseada, tiene vida propia y quizás mejor que la suya…les duele, incluso esa mujer gana más dinero que ellos y es más estable…les duele, que esa mujer está mejor preparada para cualquier estatus social …les duele, cuando siguen y descubren que esa mujer casi es de su misma edad y les da mil vueltas físicamente porque se cuida…les duele y otra vez etc. y etc. Da igual que esa mujer sea sencilla , le guste casi las mismas cosas que a él, quiera compartir todo y estar  simplemente con él, la humillación está en marcha, solo por ser una mujer que consiguió su calidad de vida. La inseguridad de los 50 años, hace que ese hombre, vea a esa mujer superior a él, y quizás lo sea, pero ¿y qué? Pues que esto le supera y para su autoconfianza empieza el machismo, minimizar a esa mujer…la princesa que antes nombré, se volvió “la princesa del guisante” porque ella es vegetariana, cualquier plan que proponga esta mujer…será contestado como “ooohhh una oferta de tarde, ir al híper mejor que Facebook” y sintiéndose muy gracioso, la planta sin más. Si este tipo de hombre falta al respeto, así sutilmente como he descrito antes y ella se levanta y se va harta, porque no quiere una pelea de quinceañeros, es una NEUROTICA. Si ella es sensible y llora por una emoción, quiere compartir las cosas más valiosas para ella con él y espera una respuesta o una mínima emoción, un “qué bonito” o un “qué bien”…y no hay ni un comentario, ni un gesto y mira hacia otro lado, y ella con paciencia vuelve a intentar compartir otra cosa y ni una mirada…entonces ella se da la vuelta y se va. En ese mismo momento te has convertido en una HISTERICA. Aprovechando, él se atreve a decir, que nunca ha entendido los cambios de carácter.

¿Os imagináis compartir la vida con un androide? ON-OFF y así” el hombre que no es raro”, solo tiene que compartir… lo bueno y el guiso. Y seguramente lo mejor para él, no tener que emocionarse por nada.

Cuando la inseguridad es tan grande, que no son capaces de mantener, sentimentalmente, a nadie a su lado y llevar una vida en común al lado de otra persona con normalidad, sin histerismos neuróticos… ¿Por qué todos desaparecen? El móvil, el mail y los SMS, dejan de existir para ellos, con el consecuente comentario de ¡Que pesada! Seguramente. Con el consecuente comentario de ella, ¡Que cobarde! Huyendo e imaginando por parte de él, se auto disculpa diciendo “YO YA NO HAGO LABOR DE APOSTOLADO”.

Así podría seguir historias y paginas…narrando la exaltación del HOMBRE RABIOSO.

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