Uno de los pocos logros de Ciudadanos ha sido su lucha contra todo lo que suene a catalán. Una campaña que – como puede ser electoralmente rentable – no han tardado en sumarse PP y VOX, y en menor medida el PSOE. A base de mentiras y medias verdades han transmitido en numerosos sectores que el castellano peligra en Catalunya, tanto en la enseñanza como a nivel social.
Sin embargo el idioma que claramente está en retroceso es precisamente el catalán. Si por ley el catalán es el idioma vehicular en la enseñanza, a la hora de la verdad son muchos los profesores que imparten las clases sólo en castellano. Volveremos más adelante al tema de la enseñanza. Antes recojamos los estudios del Consejo Superior de Evaluación de la Generalitat que afirman que sólo el 19,6% de los jóvenes de entre 15 y 29 años usan el catalán como primera lengua. Ello se traduce en una reducción del catalán en las aulas tanto por parte de los alumnos como del profesorado. Poco más del 60% de las preguntas que se realizan en las aulas son en castellano y la respuesta, como es lógico, es en el mismo idioma. También en las actividades de grupo el castellano es la lengua predominante, alcanzando su uso en el 70% de esta actividad. Ello se traduce que en los patios de los colegios sólo el 14% de las conversaciones se hagan en catalán.
También en la enseñanza superior el catalán está de hecho en claro retroceso. Pese a que muchas asignaturas estén programadas para ser impartidas en catalán, el profesor tiene de hecho la facultad de cambiar de idioma y en este curso las denuncias por el cambio de lengua al castellano por que un alumno lo pida han sido muy habituales.
Si esto pasa en el mundo educativo, en las relaciones sociales se acentúa. Es habitual que en cualquier conversación si un interlocutor usa el castellano, aunque entienda el catalán, es habitual que los demás contertulios cambien inmediatamente de idioma, y esto se traduce en que en muchos lugares, centros de trabajo, comerciales o espacios lúdicos el uso del catalán se reduce drásticamente.
Diga lo que diga la propaganda partidista, en cuestiones del idioma, cada día más el pez grande se come al chico, y ello para muchos es más que preocupante. Claro que esto es fruto de las campañas de algunos partidos que a base de repetir mentiras han conseguido que muchos sectores crean que son verdad.
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