Con las estadísticas en contra, y la oposición en grado de crispación suma, José Luis Rodríguez Zapatero, ha encontrado, por fin, un aliado en territorio nacional. Nada más y nada menos que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, más conocido como MAFO.
Fernández Ordóñez hasta ahora parecía ir por “libre”, aconsejando medidas como una reforma laboral y otra del sistema público de pensiones que ha levantado las más agrias críticas de los representantes sindicales. Estos “consejos” incluso fueron desoídos y criticados por el propio presidente del Gobierno la primera vez que pidió las reformas por el bien de la marcha económica y la salida de la crisis. Pero entonces, el que en otro tiempo fue secretario de Estado de Economía (en tiempos de Felipe González), se convirtió con los primeros efectos de la crisis en la “oveja negra” de los socialistas.
Tuvo que pasar más de un largo año para que las tesis de MAFO fueran también refrendadas en los foros internacionales. De la UE, el BCE, la OCDE y el FMI llegaron los mismos consejos y en la misma dirección. Y Rodríguez Zapatero no tuvo otra opción que escuchar atentamente todas las recomendaciones y poner su maquinaria a diseñar una reforma laboral ad hoc y un documento base para reformar las pensiones que iba mucho más allá de los aires que corren por la UE, al pretender fijar la edad de jubilación a los 67 años, aunque ahora parece haber dado marcha atrás.
Zapatero no ha tenido otra opción que ir por el carril marcado por las instituciones internacionales, más preocupadas por resucitar el maltrecho sistema financiero que por los más de 4,5 millones de parados con que cuenta el mercado laboral español. Lo cierto es que el giro dado en la reforma laboral, pese a la sublevación en forma de huelga general de los sindicatos y todas las protestas por los rumores que circulan sobre los cambios que se introducirán en el sistema público de pensiones, no han hecho temblar a MAFO que, desde entonces, aplaude la política desarrollada por el presidente del Gobierno.
Ahora que las críticas desde la oposición arrecian por esa política, MAFO ha decidido nuevamente intervenir y le echa un cable a Zapatero. Pero no nos engañemos que no ha sido porque el PSOE esté en sus momentos de estadísticas más bajos que se recuerda desde que gobierna. El tirón de orejas del gobernador a la oposición es que tanta crítica está perjudicando a la imagen que llega al exterior de nuestra economía. Tanto decir que Zapatero no hace nada, que la confianza en nuestro país se está esfumando. Por eso el gobernador insiste, esta vez de cara a la galería de los partidos de la oposición: que el presidente del Gobierno sí que hace y lo que hace “va en la dirección adecuada”. Confiemos y ganaremos confianza, que es lo que España necesita. También Zapatero.
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