La pianista Judith Jáuregui trata de revivir ‘el alma romántica’ en los Teatros del Canal de Madrid el 26 de marzo, en un recital en el que Robert y Clara Schumann actuarán como hilo conductor, y que incluirá también música de Brahms por su vínculo con este matrimonio, y la Balada nº 1 de Chopin, obra por la que el compositor manifestó una total admiración.
La fascinación de la pianista por la obra y la vida de Robert y Clara Schumann ha quedado reflejada en su último disco ‘Die romantische Seele’ (El alma romántica), publicado en junio de 2020 bajo el sello alemán Ars Produktion, y en el que parece presentarse como el alma gemela de Schumann.
Con este trabajo, Judith Jáuregui ha regresado al romanticismo más puro y a uno de los compositores que más le han marcado en su trayectoria. “La música de Schumann fue una de las primeras músicas que conocí siendo niña, prácticamente comencé a leer en el instrumento con su Álbum de la Juventud. Por lo que puede decirse que en música, Schumann sería mi lengua materna, mi primer idioma emocional”, declara la pianista.
En el concierto del día 26 de marzo, enmarcado en el ciclo ‘Viaje por la música del mundo’, Judith Jáuregui interpretará algunas de las obras del álbum: las Variaciones sobre un tema de Robert Schumann op. 20, de Clara; y de Robert, el Andantino de Clara Wieck y el Arabeske op. 18.
“No se puede imaginar a Robert sin Clara, ni a Clara sin Robert. De ahí que haya querido unir la música de ambos y reflejar su fiel unión en una selección de obras que nacieron de la inspiración mutua. La vida y obra de ambos representan ‘el alma romántica’, y su relación contiene los ideales del momento: amor, pasión, sensibilidad, intensidad, respeto, libertad, vitalidad, entrega, luz, oscuridad, alegría y también sufrimiento”, explica.
El recital se completará con 6 Klavierstücke op. 118 de Johannes Brahms, una joya de miniaturas que forman parte de la última etapa del compositor y que buscan de una forma exquisita, con cierta nostalgia, la instropección y la intimidad. Secretamente dedicadas a Clara Schumann, con quien Brahms solía compartir sus obras para que fuera ella la primera en darles vida, tras recibirlas ella las describió en su diario como “una verdadera fuente de felicidad, todo, poesía, pasión, éxtasis, intimidad, las piezas están llenas de los efectos más maravillosos”.
El broche en esta búsqueda del alma romántica lo pone la Balada nº 1 de Chopin, obra mítica del repertorio pianístico, por la que precisamente Schumann confesó admiración. Cuando la recibió, escribió: “tengo una nueva Balada de Chopin. Me parece la obra más cercana a su genialidad e incluso le he dicho que es mi favorita de todas”.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.