Buscarse la vida en el mar no es fácil. Las condiciones marítimas son muy difíciles de predecir y a veces se complican demasiado. De hecho, el número de accidentes en el sector pesquero es extremadamente elevado. En 2019, y tan solo en Galicia, Salvamento Marítimo atendió 82 emergencias de pesqueros y asistió a 123 personas en peligro. Para acabar con este problema, se constituyó una unión temporal de empresas (UTE) liderada por la firma de software para diversos sectores Imatia Innovation, e integrada también por la empresa especializada en cartografía Cartogalicia y la compañía de maquinaria para el mar Industrias Ferri.
Con una inversión total de 1.228.000 euros, esta UTE ha desarrollado el proyecto MAR-1, denominado Refuerzo de la seguridad marítima de la flota pesquera gallega y de las actividades de seguimiento de su actividad. Al estar integrado en un programa vinculado al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), este proyecto está cofinanciado en un 80% por un Programa Operativo Plurirregional, el FEDER Pocint, a través de un convenio de colaboración con el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Además, cuenta con el apoyo de la Agencia Gallega de Innovación (GAIN).
La plataforma MAR-1 incluye hardware, software, drones, hidroaviones opcionalmente tripulados, embarcaciones remotas… Un compendio de tecnologías con las que se podrá atender —las 24 horas del día, los siete días de la semana, por mar y aire— cualquier incidencia personal o de los bienes en la flota de bajura. Enfocada a velar por la seguridad en cualquier lugar del mundo, MAR-1 se pone a disposición de los profesionales que faenan en las costas, quienes deberán utilizar, además, soluciones personales como relojes inteligentes o smartwatches y trajes especiales dotados con GPS.
Gracias a la tecnología, muchos trabajadores del mar se salvarán en caso de desastre. Porque, al detectarse una emergencia y desde el primer segundo, MAR-1 activa automáticamente todos los protocolos de salvamento. Y lo hace mediante sistemas duplicados de comunicaciones capaces de detectar incluso un choque o escora irregular, sin necesidad de que los implicados den la voz de alarma. “Cuando ocurre un accidente en la mar, la primera reacción de la tripulación es intentar solucionar la situación por sí solos, incluso con el abandono del barco, demorando unos minutos la comunicación del percance a Seguridad Marítima y a otros barcos e instituciones que colaboran en la ayuda a los marineros en la mar. Este retraso es crucial porque, de no conseguir resolver la situación, se pierde un tiempo precioso para señalar el punto exacto del accidente, narrar lo sucedido, etc., en aras de actuar con la máxima diligencia una vez lleguen al lugar”, destaca Luis Aceituno, coordinador de proyectos estratégicos en Imatia Innovation.
El mejor ‘copiloto’ del armador
MAR-1 es mucho más que un sistema inteligente de salvamento a distancia que vela por la seguridad de todos los profesionales embarcados, también le comunica al armador del barco, y con exactitud, en qué zona está faenando o qué artes de pesca tiene embarcadas. Junto a ello, puede preavisarlo de la caducidad de los seguros, de la inspección técnica del barco (ITB), etc. En concreto, para los pesqueros de bajura, las artes dispondrán de dos balizas, al principio y final de cada cacea. De este modo, podrá conocer cuántas nasas están pescando en una zona concreta, y podrá recibir una alerta en caso de acceder a zonas donde no tiene permiso de pesca.
Con todo, el negocio para los creadores de MAR-1 no se reduce al sector pesquero. Aceituno, creador conceptual del proyecto, lo explica así: “MAR-1 es una solución de seguridad all in one enfocada, en una primera instancia, a salvaguardar la vida de todos los marineros de la flota de bajura. Con las embarcaciones de recreo se abre un mercado potencial inmenso, pues ni los patrones de una pequeña embarcación de 18 pies (seis metros) ni los de hasta 40 pies (12 metros) suelen contar con grandes ayudas en la seguridad, más allá de lo marcado como obligatorio: bengalas, chalecos, etc. Por ello, disponer de un sistema tan avanzado y completo que permita conocer, casi de manera anticipada, si un barco se encuentra en riesgo —ya sea por colisión, por exceso de escora, etc.— supondrá un verdadero alivio para muchos patrones de embarcaciones de recreo”.
Y la UTE creadora de MAR-1 no reduce su mercado a los 8.000 kilómetros de costa española. En palabras de Aceituno: “España es sólo la punta de iceberg. El mercado siguiente natural es de los marineros que faenan en las costas de la UE. Hay que recordar que la UE decidió apostar por MAR-1 de manera económica. Muy pronto veremos MAR-1 en numerosos puntos de la costa de toda Europa”.
Cómo funciona MAR-1
Cada uno de los tripulantes llevan un smartwatch rediseñado por Imatia que lo identifica, emparejándolo con el barco en el que está trabajando. En caso de caída al mar, ese teléfono inteligente envía unos mensajes que llegan a la plataforma MAR-1. En ese momento, se disparan unas alertas que ponen en marcha una serie de procedimientos de análisis inteligentes de la situación. Pensando en la máxima seguridad de los marineros, Imatia ha desarrollado también un traje de trabajo especial. Si el usuario cae al mar con él puesto, el traje cuenta con un sistema hinchable automático integrado y un módulo GPS. Así, entre la ubicación marcada por el smartwatch —en la muñeca del trabajador— y el GPS del traje, la ubicación obtenida es sumamente exacta para las fuerzas de rescate.
Una vez recibida en tierra la señal de hombre al agua, se lanza un dron no tripulado desde áreas de despegue denominadas «nidos inteligentes», alojados en sitios estratégicos de la costa. Dotado de cámaras de alta definición, el dron sobrevolará la zona indicada por el software de MAR-1 hasta diez horas, el máximo de autonomía de vuelo que puede realizar este aparato, gracias a los paneles solares alojados en sus alas. Cabe destacar que los drones están en nidos orientados de cara al viento, para aumenta la eficiencia del vuelo y llegar al destino lo antes posible. El nido, que cuenta con unas redes para recuperar el dron tras realizar el trabajo, dispone de un sistema de generación de energía y un centro de comunicaciones y control de vuelo.
En paralelo al viaje del dron, un hidroavión opcionalmente tripulado podrá ser enviado en caso de condiciones ambientales más extremas o cuando sea preciso cubrir distancias más largas, donde los drones pequeños tendrían más limitaciones. El hidroavión enviaría también imágenes geolocalizadas y su ruta sería planificada automáticamente desde la plataforma MAR-1, teniendo en cuenta las áreas restringidas y los vientos predominantes.

Hidroaviones.
Si ni el dron ni el hidroavión pudieran volar por circunstancias climáticas, una embarcación dotada con dos motores de 300 CV cada uno —tripulada a distancia— podrá alcanzar la situación exacta del náufrago a través de la posición emitida automáticamente por los GPS del traje inteligente o bien desde la posición marcada por el smartwatch. Desde la embarcación, abarloada al náufrago, una pequeña grúa con una malla recogerá del agua a la persona en peligro y la depositará dentro del barco, manteniendo en todo momento una comunicación con instrucciones desde la plataforma MAR-1, convertida ya en la mejor aliada de quienes se buscan la vida en la mar.
Más información
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