La directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, alerta del aumento de la ciberdelincuencia durante la pandemia del Covid-19, ya sea a través de acciones de ciberespionaje, campañas de desinformación o ataques virtuales que aprovechan las vulnerabilidades que ofrece el teletrabajo.
En unas jornadas organizadas por la Asociación de Periodistas Europeos, el virus ha incrementado el riesgo de ciberataques, sobre todo en colectivos vulnerables como pueden ser el sector sanitario, la industria farmacéutica o la investigación.
Los organismos dedicados a la investigación de una vacuna contra el coronavirus han sido uno de los principales objetivos de estos ataques,que en muchas ocasiones tienen su origen en otros Estados.
El CNi ha detectado un incremento «cualitivativo» y también un crecimiento «cuantitativo» en cuanto a su gravedad, por el aumento del teletrabajo, que «facilita la entrada de atacantes más agresivos y la entrada de nuevos criminales».
La tendencia es que estos ciberataques «continúen al alza» y se mantengan las acciones dedicadas a pervertir las redes domésticas y los dispositivos personales. El objetivo de los atacantes es acceder a las redes de los empleados para, a partir de ahí, poder entrar en las de sus empresas u organizaciones.
También alerta del auge del ciberespionaje, sobre todo en el ámbito económico, y de un aumento de las campañas de desinformación con el objetivo de provocar una «distorsión deliberada de la realidad para influir en la opinión pública en beneficio de los intereses del promotor, que normalmente es una nación extranjera». «Lo hace para desestabilizar y menoscabar la credibilidad de las instituciones, dañar la imagen del país o imponer relatos sesgados», explica Paz Esteban.
En estas campañas de desinformación, los Estados democráticos como España son más vulnerables que aquellos que no lo son, ya que no censuran los contenidos que circulan por las redes sociales ni controlan los medios de comunicación, además de que no cuentan con medios de propaganda que lancen esas campañas contra terceros.
Los atacantes se aprovechan del anonimato que ofrece el ciberespacio, que hace que «prácticamente nunca» sufran las consecuencias de sus actos y el único peligro al que se exponen sea el del fracaso de sus acciones. «El ciberespacio permite operar con un alto grado de impunidad», recalca.
En este sentido, su antecesor al frente del CNI, Félix Sanz Roldán, y el director del Departamento de Seguridad Nacional, el general Miguel Ángel Ballesteros, subrayan la necesidad de regular el ciberespacio y los ataques que se aprovechan de sus vulnerabilidades.También la puesta en marcha en España del Centro de Operaciones de Ciberseguridad para la Administración General del Estado, que fue aprobado ya por el Consejo de Ministros en febrero del pasado año pero está paralizado a la espera de contar con unos Presupuestos.
Sobre la implantación de la tecnología 5G, el general Ballesteros cree que España deberá adoptar pronto una posición al respecto que equilibre el necesario desarrollo tecnológico y económico con la seguridad de las redes y la protección de los ciudadanos.
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