El hilo rojo

13/09/2011

diarioabierto.es.

Esta historia la está viviendo una amiga desde hace años. Me la contó y decidí pedirle permiso para contarla metiéndome en su piel y sin dudarlo accedió.

Todo lo que en mi cabeza surgió y decidí lucharlo durante años, me vino de los audiovisuales que nos ponían en el colegio. Parece que entonces cuando venía el misionero nos tocaba el corazón. Aquellos niños desvalidos, huérfanos que andaban deambulando por las calles, sucios, desnutridos, aquella pobreza .Fue entonces cuando me movió el corazón y dije:”Si alguna vez puedo me gustaría tener un hijo adoptado”.

Parece que todo me venía unido, porque hablaba muchas veces con una niña del colegio, era más pequeña que yo, era feílla y con muchos granos, nunca olvidaré como lloraba desesperada en la biblioteca escondida. Un día logré que me contara su historia. Ella me dijo que su padre no la quería, siempre la regañaba y castigándola la comparaba con sus hermanas, este cruel hombre la decía que sus hermanas sí eran sus hijas, pero a ella no la sentía como a una de ellas, la mandaba recoger la habitación de sus hermanas mientras ellas veían la televisión o jugando en el jardín. No la quería en casa por lo que acabó interna en el colegio, a escasos minutos estaba su casa, una de sus hermanas de vez en cuando la iba a ver para preguntarla como estaba, esta hermana estaba un curso más arriba en el mismo colegio, pero en otro mundo. Esta historia me afianzó aún más la idea de adoptar.

Pasado el tiempo, no veía que mi sueño se pudiera realizar, tenías que estar casada y yo entonces no lo estaba, me casé muy tarde. Me fue difícil convencer a mi marido que adoptáramos un hijo, no quería un hijo que no fuera biológico , no tendría nuestros genes, le expliqué entonces que un hijo no es solo hijo por llevar nuestros genes, un hijo se hace y sobre todo… nace en el corazón.

Empezó nuestro peregrinaje, primero fuimos a la Comunidad de Madrid para tener un niño de acogida. Me ofrecían niños cuyas madres estaban en la cárcel, solo lo podía tener conmigo los fines de semana y las vacaciones, pero sin embargo nos teníamos que ocupar de toda su economía. Ha ese niño no le podíamos volver a ver nunca después de transcurrir pasados dos años, para que no hubiese cariño. Te asignaban un nuevo niño con las mismas condiciones, ante la imposibilidad de olvidar y dejar de querer a semejantes niños, optamos por mirar otra vía.

Estando ya con mi hija biológica más mayorcita, yo viendo un documental de las atrocidades que sufrían niños en otros países, me di cuenta que mi hija estaba allí, detrás de mí mirando. Cuando le dije: ¡no mires esto! Asustada, ella me preguntó y yo le expliqué, ella muy seria me contestó:” mami yo me las quiero traer a todas a casa para que no las hagan daño”. Ahí decidimos que a todas no podemos, pero a una Sí.

Empezamos a trabajar en nuestro objetivo. Psicólogos, trabajadores sociales, y un trajín de dinerito para un lado y para otro. Esto transcurría en el año 2006. Recibimos un expediente con fecha para adoptar en China, 14 de Julio de 2006.Nueve meses de plazo nos dieron para tener a nuestra niña. Ésos 9 meses se han convertido en 5 años. ¡Qué lejos está todo aquello!, cuantos lloros y pataleos, impotencia. Cuantos momentos duros. Hemos llorado por los parones de las asignaciones, esos rumores que venían diciendo que China había cerrado sus listas de adopciones internacionales, donde cuando empezamos nuestra cruzada había adopciones con tan solo 2 días. Siempre nos decíamos:”Queda un año, al año que viene está con nosotros”, así año tras año.

El 30 de Agosto de 2011 nos llamó nuestra ecai, para decirnos que estábamos asignados, sin fotos ni expedientes, sin saber si es niño o niña…por fin pensamos que vamos a poder estar toda la familia junta. Hoy estamos de limpieza, preparando la habitación.

Hemos conocido gente maravillosa, ahora son amigos nuestros, Incondicionales. Nos hemos sentido privilegiados, al dejarnos vivir con ellos lo mismo. Ahora estamos compartiendo los preparativos y el viaje. POR FIN LA FAMILIA JUNTA.

LA LEYENDA DEL HILO ROJO: Un hilo rojo, invisible, conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca podrá romperse.

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