El microseguro acelera la inclusión financiera

11/06/2020

Miguel Ángel Valero. El producto más extendido es la póliza de Vida temporal para el caso de muerte, pero también hay Vida Ahorro, sobre el patrimonio, agrícolas, y de Salud, uno de los más demandados por las familias de bajos recursos, aunque también el que presenta menores niveles de penetración y mayor complejidad en cuanto a su implementación, señala un informe de Mapfre Economics. // Inclusión financiera en seguros.

El concepto de inclusión abarca el proceso mediante el cual una sociedad tiene acceso a los diferentes servicios financieros (crédito, ahorro, seguros, sistema de pagos y pensiones), así como a mecanismos de educación financiera, con el propósito de
que pueda mejorar sus condiciones materiales de bienestar. En el caso de la actividad
aseguradora, la inclusión financiera se concentra en conseguir el acceso por parte de
los grupos de menores ingresos de la sociedad a aquellos productos que les permitan la protección de la vida, la salud y el patrimonio, a través de los procesos de ahorro y de compensación de pérdidas implícitos en los productos de seguros, destaca un informe de Mapfre Economics.

Los productos de seguros inclusivos deben cumplir con una serie de condiciones:

  1. ser asequibles (ofrecidos a un precio que les permita ser
    comprados)
  2. ser sostenibles (que se puedan ofrecer de forma regular);
  3. ser adecuados (que encajen bien con las necesidades de la población objetivo),
  4. ser responsables (que ofrezcan una apropiada relación precio/valor considerando las condiciones de la población a la que van dirigidos).

Mapfre Economics reclama actuar sobre las barreras, tanto desde el lado de la oferta como de la demanda. Por una parte, los factores estructurales por el lado de la demanda implican la necesidad de crear la conciencia respecto a la implementación de políticas públicas dirigidas a impulsar el aumento de la renta de estos grupos vulnerables.

«Hay espacio para avanzar en mecanismos de colaboración público-privado entre los Gobiernos y el sector asegurador, con el propósito de actuar en el medio y largo plazos
sobre los factores que determinan los niveles de renta disponible y el grado de conciencia respecto de los riesgos que la población enfrenta», señala el informe.

La forma de avanzar para superar las barreras por el lado de la oferta tiene que ver con «la capacidad del sector asegurador para ajustar o crear nuevos modelos de negocio específicamente orientados a los seguros inclusivos, impulsar una mayor innovación en sus productos, y emplear nuevos mecanismos de distribución que impliquen menores costes de transacción».

Al mimos tiempo, se requieren «ajustes regulatorios que provean de incentivos a la innovación y al empleo de mecanismos de distribución que reduzcan los costes de
transacción de este tipo de productos».

El proceso de inclusión financiera en seguros se ha implementado, de manera general, a través de tres tipos de productos: los «masivos», los «inclusivos», y los microseguros. Éstos son u  instrumento para proteger a la población económicamente más vulnerable
ante gastos imprevistos por la ocurrencia de un siniestro  susceptible de ser mutualizado a través de la técnica aseguradora.

El hecho de que programas públicos y de organismos internacionales hayan incluido los microseguros en sus planes para tratar de mejorar el nivel de vida de las personas con menores ingresos «está elevando la presión hacia las entidades aseguradoras para que sean parte de su carta de productos», señala el informe de Mapfre Economics.

Los expertos del Servicio de Estudios de la aseguradora señalan dos factores que impulsan el desarrollo de los microseguros. Uno es su inclusión en esas políticas públicas. El otro es la tecnología, al facilitar el acceso a un amplio colectivo de
potenciales asegurados (incluso en áreas rurales) a un coste razonable.

«La viabilidad futura de los microseguros dependerá de su capacidad para soportarse sobre bases tecnológicas modernas. De otra manera, la mayor parte de la prima tendría que destinarse a la cobertura de los gastos de administración, distribución y
márgenes prudenciales, lo que dejaría un porcentaje muy reducido de la prima destinado a pagar siniestros. Esto impediría al seguro cumplir su función de mutualización de riesgos y/o de generación de ahorro, por lo que no se conseguiría crear valor para los tomadores de los microseguros», advierte el estudio de Mapfre Economics.

En ese sentido, las plataformas informáticas preparadas para la producción y distribución de productos estandarizados en masa pueden apoyar la viabilidad de los microseguros. Se trata de aprovechar, en la medida de lo posible, esas plataformas tecnológicas con el fin de incluir en su oferta productos con coberturas más adecuadas a la población de bajos ingresos, buscando las economías de escala que permitan emitirlos a un coste razonable.

La tecnología es útil además para realizar la segmentación de la clientla a través de los datos que aportan, facilitar la identificación digital de los tomadores, la recepción, gestión y pago de siniestros (incluidas compensaciones automáticas basadas en índices), el análisis de información, la detección del fraude, así como la prevención y
mitigación del riesgo, entre otros aspectos.

Avances en América Latina

El informe realiza un análisis de los principales mercados de Asia, África, América Latina y Caribe, con grandes grupos de población de rentas medias-bajas, que son el objetivo de los microseguros. Los expertos de Mapfre Economics resaltan que «el entorno para la inclusión financiera a nivel mundial está mejorando, siendo Latinoamérica la región líder en materia de infraestructura y regulación en este
ámbito». Dentro de los países más avanzados se encuentran Colombia, Perú, Uruguay, México y, fuera de América Latina, India. Pero el estudio avisa que «todavía mucho camino por recorrer»

Dentro de los microseguros, el producto más extendido es la póliza de Vida temporal para el caso de muerte, pero también hay Vida Ahorro, sobre el patrimonio, agrícolas, y de Salud, uno de los más demandados por las familias de bajos recursos, aunque también el que presenta menores niveles de penetración y mayor complejidad en cuanto a su implementación.

Estrategia de inclusión financiera

Avanzar en una estrategia de inclusión financiera a partir de  los microseguros requiere tres factores:

  1.  identificar los riesgos que más pueden afectar a la población
    vulnerable
  2. diseñar productos acordes a esos riesgos y a la población a la que van
    dirigidos
  3. contar con un marco regulatorio que propicie que esos productos puedan ser
    efectivamente llevados a esa población bajo parámetros de eficiencia económica y social.

Al mismo tiempo, «para que esta estrategia sea eficaz, es necesario contar con proveedores y distribuidores de microseguros con una infraestructura adecuada y adoptar medidas para estimular su demanda, principalmente a través de la educación financiera», señala el estudio de Mapfre Economics. «La existencia de marcos regulatorios y tributarios que faciliten su desarrollo es, asimismo, una cuestión crítica para poder alcanzar estos objetivos», añade el informe.

Las políticas de inclusión financiera en seguros deben comenzar con productos de «diseño sencillo, tanto desde la perspectiva jurídica como técnica». «Desde el punto de vista jurídico, la póliza y sus condiciones deben ser simples y su contenido fácil de comprender. Y desde la perspectiva técnica, debe considerar coberturas sencillas, y
sumas aseguradas y beneficios claramente definidos», señala el informe de Mapfre Economics.

Un aspecto clave en el proceso de suscripción de los microseguros tiene que ver con los márgenes técnicos de seguridad que deben incluirse en la prima de riesgo. Ante la falta de suficiente información sobre el comportamiento de frecuencia y severidad de los riesgos a cubrir, esos márgenes pueden gravitar negativamente sobre el precio de estos productos. Éstos deben ajustarse en la medida en que se recabe información suficiente sobre particularidades de los riesgos cubiertos y para la segmentación de la clientela, para que  el precio del microseguro resulte asequible para los grupos de
la sociedad a los que se encuentran dirigidos.

Al mismo tiempo, es clave reducir los costes de transacción. Ello implica la necesidad de complementar las vías tradicionales de distribución con las redes bancarias y de micro-finanzas, redes comerciales, recibos de servicios públicos y nuevas redes de distribución basadas en intermediarios no tradicionales.

«El uso de plataformas tecnológicas adecuadas es esencial para reducir costes, no solo en la contratación del producto y pago de la prima, sino también en su gestión y renovación, y en el pago de las indemnizaciones respectivas», remarca el informe de Mapfre Economics.

«Al estar dirigidos a un segmento de población vulnerable para enfrentar el
efecto de corto plazo de los shocks originados por la materialización de riesgos, los
microseguros deben estar diseñados de tal forma que el pago de las indemnizaciones se haga prácticamente de inmediato y cumpliendo requisitos documentales precisos y mínimos», concluye el estudio.

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