Comet Gain, pop de aficionados.
-Su nuevo álbum rebosa poesía magnética.
A mediados de los ochenta, Escocia se hizo cuna y meca del pop sedoso, también conocido como twee pop, rock lluvioso o C/86, esto último porque muchos de los grupos que dieron origen al género aparecieron por primera vez en una cassette editada ese año por la revista NME. Comet Gain se incorporaron algo más tarde al movimiento y ahora editan su sexto álbum, “Howl of the Lonely Crowd”, rebosante de poesía magnética.
Parece mentira que mantengan ese aire de aficionados, como de amateurs, a pesar de llevar en esto casi 20 años. Quién se encarga de mantener la magia es su líder, voz y guitarra, David Christian, un enamorado de las canciones húmedas, el punk ingrávido y los recitados ruidosos. La verdad es que le ayudan amigos como Alasdair MacLean de Clientele; Ryan Jarman de los ya consagrados Cribs o Lupe Nuñez ahora con MacLean en Amor de Dias.
El disco se abre con “Clang of the Concrete Swans” y sus coros y el farfisa ululante ya nos hacen caer rendidos ante su exquisitez, le sigue “The Weekend Dreams”, una especie de pop de chicas sesentero también subyugante y así, sin parar, hasta llegar al momento culminante del disco, “After Midnite, After Its All Gone Wrong” donde se dan la mano el Lou Reed de la Velvet con el Nikki Sudden de los Jacobites. Y ante eso, señores, es mejor no decir nada más.
Sello: Fortuna POP. Precio: 16.90. Discografía esencial: “City Fallen Leaves”, “Magnetic Poetry”, “Realistes”. Influidos por: Pastels, Close Lobsters, Ride. Influye en: Papa Topo, Young Veins, Klaus and Kinski.
Fakeband, nunca es tarde para triunfar.
-El quinteto vasco borda el folk-rock californiano.
A pesar del pesimismo que denota el título de su álbum “Too late, too bad”, el quinteto de Getxo, Fakeband, debería ser consciente de su calidad y de que borda el folk rock californiano sin que tengan razón al decir que es demasiado tarde- no son tan mayores-, ni demasiado malo –todo lo contrario, han hecho un disco que supera el notable-.
Fakeband conocen todos los vericuetos que llevan al camino de la “americana”, sobre todo al transitado por Tom Petty y sus Heartbreakers, voces emplastadas con reminiscencias Crosby, Stills, Nash and Young; guitarras acústicas cristalinas y sentimentales y guitarras eléctricas vigorosas, con presencia comedida de la percusión.
No se detienen en ese territorio. Como han estado en bandas con pedigrí variado, no les cuesta hacer guiños a Thin Lizzy en “Right time”, a los Jayhawks más vacilones en “Don´t save my life”, al Steve Wynn menos crudo en “I was wrong” y a los REM de “Loosing my religión” en “Get away”. ¡Que no, Fakeband, qué no es tarde ni malo!.
Sello: Rock Indiana. Precio: 12,90.
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