Benedicto y sus mariachis: la invasión del comando alabaré

17/08/2011

diarioabierto.es.

Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, ALABARÉ A MI SEÑOR, ¡hey!

¿Quién no ha entonado alguna vez esta estrofa en su tierna infancia? Abducida estos días entre tropas de jóvenes del mundo portadores de banderas multicolores al viento, guitarras en mano y mochilón a la espalda, no he podido dejar de bautizarles como los Invasores del Comando Alabaré. Sin acritud.

Igual soy muy rarita, pero me encanta estar rodeada de chavales cantarines, ilusionados, pacíficos, esperanzados, solidarios y rebosantes de alegría. Al igual que los hijos no son culpables de las faltas de los padres -y viceversa-, este batallón de peregrinos es ajeno a los errores de sus generales. Dejando de lado creencias, ideologías, fobias o fanatismos, me enorgullece que la Plaza de Cibeles y la Puerta de Alcalá sean foco de atención mundial por unas horas; fascinada estoy porque mi ciudad acoge a un millón de seres humanos que vienen a cumplir un sueño -sean mahometanos, budistas, hinduistas, judíos, islamistas, protestantes o católicos-. Y estos son algunos mis motivos, todos abominables, seguro:

-El propio Gobierno ha reconocido que esta visita papal no costará un euro al Estado: lo recaudado -sea poco o mucho- serán ingresos para nuestra maltrecha economía. Falta nos hace.

-La movilización de más de un millón de personas ha generado miles de puestos de trabajo. Más falta nos hacen aún.

-Hay 4.000 medios internacionales acreditados que promocionarán durante días a un impecable organizador y perfecto anfitrión: España. Parece que el Comando Alabaré conseguirá en una semana lo que Zapatero&Cía no consiguieron en ocho años: millones de impactos positivos de nuestra imagen en el exterior. ¡Aleluya!

-No existen recursos en las arcas públicas que pueda acometer una campaña  publicitaria de tal envergadura con su consiguiente retorno.

-Y por supuesto, el motivo emocional, el que no se puede cuantificar: esta invasión es heterogénea, pero los procedentes de países pobres por momentos olvidarán sus miserias. Jóvenes que por primera y posiblemente por última vez, han viajado al extranjero, han volado sobre las nubes, se han zampado un Big Mac y han alucinado conociendo el transporte público, sí ese sobre el que despotricamos cada día en hora punta: el metro de Madrid.

Es imposible unificar pareceres. Los que quieran protestar están en su perfecto derecho. ¿Pero es necesario montar pollos mientras las criaturitas celebran su fiesta? ¿Faltarían a los gays durante los festejos del Orgullo? ¿Insultarían a los musulmanes cuando se concentran en La Meca? ¿Se ciscarían en la madre de los culés a los pies de Canaletas durante un delirio de campeones? Si algo me disgusta no acudo, pero permito que otros disfruten libremente. ¿Qué nos cortan las calles? También lo hacen con cada nueva manifestación -en la capital se convocan miles al año-, con las celebraciones deportivas -y que continúe habiendo muchísimas más-, con las acampados del  15M -y que dispongamos por siempre de la libertad para expresarnos- y hasta durante las nupcias del heredero Borbón.

Por cierto, para los soliviantados por el transporte subvencionado a los pilgrims, pelerins, pilger o pellegrini ¡cómo si esto fuese una novedad! ¿Tenéis conocimiento que en cualquier gran congreso, convención o encuentro internacional -incluyendo los profesionales-, el transporte, entradas a museos, centros de ocio y prebendas similares suelen ser gratuito para los participantes?

Hacer sonreír a los demás no tiene precio. Y aunque haya muchos que no alcancemos a comprender al Comando Alabaré en toda su amplitud, la felicidad tiene tantas caras como personas. Unos se aferran a su fe, otros a sus ídolos, algunos a sus churumbeles y los hay que hasta a sus vicios. Sin dañar a terceros todo es respetable.

Bienvenidos a España, un país hospitalario, abierto, acogedor y tolerante. Amén.

Twitter: @CarmelaDf

¿Te ha parecido interesante?

(+14 puntos, 14 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.