Quería Diego detener el tiempo en el amor. Quería detener el tiempo en esa fase donde todo es absolutamente maravilloso. Cuando faltan horas del día para darse besos y abrazos. Cuando comienzas a sentir esa sensación de amor que logra que te falte el aire si no estás cerca de la persona que amas. Lo quería y me lo dijo: quiero detener aquí el tiempo, quiero sentirme siempre igual de enamorado y que lo sientan por mí, del mismo modo.
Me lo quedé mirando sorprendida. Eso no es posible, le dije. El amor son fases, si siempre te quedases estancado en la fase de enamoramiento tu relación no crecería, Diego. Y él dejó caer la mirada hacía el suelo y muy serio me dijo que creía que era posible lograr mantenerse siempre en el mismo estado de enamoramiento.
Te morirías de amor si hicieses eso. En tu cuerpo no cabría esa emoción continua. Por eso el amor cambia, y por consiguiente crece. No se trata de quererse siempre con el mismo estado de enamoramiento, se trata de aprender a quererse y a permanecer juntos sintiendo amor y admiración por esa persona, siempre, aunque pase el tiempo.
Diego no estaba de acuerdo, me comentaba que él podía ser capaz de sentirse enamorado a través de los años, como el primer día. Que sería capaz de mantenerse en ese estado continuamente , sin morirse, sin resentirse.
Entonces le pregunté a Diego: ¿cuántas veces has dicho eso?. Y él me respondió: ¿el qué?. Lo de que quieres sentirte igual de enamorado siempre, añado. Y él me responde que siempre, y que nunca lo ha conseguido.
Entonces Diego, ¿no crees que eso es imposible? No valoras mi idea: la de que el amor crece y que mas vale un amor que crece que uno que solo vive del deseo y la pasión. Y Diego me dijo: precisamente por eso sigo deseando detener el tiempo en ese estado de enamoramiento de los primeros días, porque cuando las mujeres me terminan conociendo, con el paso del tiempo, siempre se alejan de mí. Dicen que he cambiado. Que no soy el mismo.
Entonces yo le dije una frase que me dijo alguien hace mucho tiempo: “no se puede ser quien no eres durante mucho tiempo”.
Entonces Diego, le dije, mientras buscaba su mirada: antes de querer detener el amor en el momento que deseas, tratar de mantenerte tú en el momento que deseas. Trata de ser tú el mismo siempre, el que eres.
No puedo, alcanzó a decir.
Y Diego se quedó callado. Y fue la primera vez que hice llorar a un hombre al hablarle de amor.
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