Destroyer destroza su prestigio
-El álbum “Kaputt” hace honor a su título.
Harto de dar a luz álbumes gloriosos en calidad pero de poca repercusión en ventas, Dan Bejar, alias Destroyer, ha optado por prostituir su música y venderla al mejor postor. Para que no haya dudas con respecto a esas intenciones ha titulado su noveno disco “Kaputt”.
Bejar es también miembro de los nunca suficientemente ponderados New Pornographers, de los elegantes Swan Lake y de los recientes Hello, Blue Roses. Su giro hacia el mundo comercial solo ha afectado, de momento -ojalá se quedé ahí-, a la facción Destroyer, respetando parte de su brillante carrera, caracterizada por un pop fino e intimista y unas letras plagadas de inteligencia.
Con “Kaputt” se embarca en la búsqueda del pop inane e insustancial de mediados de los setenta y principios de los ochenta. Recuerda demasiado a Al Stewart en “Chinatown”, a Robert Palmer en “Savage Night al the Opera”, a Sailor en “Poor in Love” y a Deacon Blue y China Crisis en “Blue Eyes”. Paupérrimo balance para alguien que apuntaba a genio y que, en esta ocasión, ha preferido destrozar su prestigio.
Sello: Merge. Precio: 17. Discografía esencial: “Destroyer´s Rubies”, “Streethawk: A Seduction”, “Thief”. Influido por: Prefab Sprout, Leonard Cohen, Lou Reed. Influye en Bon Iver, Nacho Vegas, Quique González.
William The Contractor y las coplas a la muerte de su padre
-Utiliza “Tall Stories” como catarsis para su dolor.
William the Contractor es el seudónimo de Markus Bergqvist que, a su vez, es el batería de Friska Viljor, uno de los grupos más destacados del pop-rock de Suecia. Marcus es, además, un hombre con una sensibilidad a flor de piel lo que le llevó a componer una especie de coplas a la muerte de su padre, acaecida hace 4 años.
En ellas evoca sentimientos profundos, íntimos, dolorosos y crudos y los reviste de una música donde impera la delicadeza, la concisión y la delgadez formal y coral, en la que, a la influencia de gente como Animal Collective, se unen las raíces escandinavas de bandas como Kings of Convenience o Moll Flanders. Como buen empresario (“contractor” significa algo parecido), aquilata gastos y toca la mayoría de los instrumentos en este álbum titulado, de forma significativa, “Tall Stories”.
Son todas canciones de las que te puedes enamorar por la sencillez (“Marry Me”, “Daydreams”), por su épica, contenida y ladeada hacia Arcade Fire, (“Black Gold”), por sus reminiscencias del folk británico de los 60 (“Old Witch” nos hace pensar en la Incredible String Band tras visitar Rusia) o por su visión del country-blues con banjo (“Lady and a Snake”).
Sello: Green Ufos. Precio: 15.
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