Mentir es gratis

10/07/2011

diarioabierto.es.

Alexander Pope dijo: el que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera. Profundizo en esta frase, que solo alberga verdad y sabiduría, para mas tarde llegar a la conclusión de que no todo el mundo puede mentir y que salga bien. Que tras una mentira vendrá otra, y que ha de ser mejor que la anterior para que sus argumentos no pierdan credibilidad.

En los tiempos que corren es muy fácil mentir. Mentimos y nos mienten a diario. Estamos acostumbrados a ello. Hemos crecido a base de pequeñas y grandes mentiras, en una sociedad donde la mentira prevalece. La utilizamos, a veces, como un escudo para protegernos de lo que nos hace daño o de lo que pretendemos ocultar. Son mentiras, como llamamos: piadosas. Mentiras que, en ocasiones no pueden ni calificarse como “mentiras”.

Sin embargo a lo que Pope se refiere con su frase, es a esa clase de personas que mienten sobre cosas de gran importancia. Y que mas tarde, para que esa mentira continúe pareciendo verdad, han de seguir mintiendo.

Hay gente que cree tener la verdad absoluta sobre todas las cosas. Me temo que eso es imposible. Las personas somos frágiles, y una mentira nos puede hacer un daño irreparable. Pienso que, quien cree las mentiras de un mentiroso, es porque es igual de mentiroso que él. De esta forma, dos mentirosos tendrán por siempre una relación irreal, una relación de mentira.

Mentir es gratis, imagino que si tuviese algún coste, muchos se ahorrarían ese dinero mordiéndose la lengua. A veces la mentira se utiliza de puñal. Es un arma para matar en seco. Una mentira te puede asesinar, pero también te puede hacer revivir de repente.

He tratado de entender a los mentirosos. He querido incluso creerme sus mentiras aun que me perjudicasen a mí desde el primer momento. Pero no lo consigo.

Sin embargo, tras tratar de entender la mentira como arma para defenderse o protegerse, pienso que, en ciertas ocasiones a quien mentimos es a nosotros mismos, ya que nos creemos nuestras propias palabras (aunque sean totalmente inciertas). Nos las creemos y las infundamos a los demás.

Creo que entonces ya estamos hablando de otra cosa que va mas allá de mentir gratis, ya estamos directamente en un bucle infinito donde la persona que miente no puede dejar de hacerlo, ya que confunde la realidad y si deja de mentir, deja de existir esa realidad paralela que se ha inventado, donde vive felizmente, ajeno a toda verdad. Y tú no puedes ni podrás nunca sacarle de ahí. Debe de salir él solo.

Mentir es gratis, pero decir la verdad siempre cuesta algo más. Decir: me he equivocado o lo siento. Tiene un precio que muchos no queremos pagar. Su coste es dejar atrás el orgullo y demostrar tantas cosas, que a estas alturas, en los días que vivimos, preferimos perder algo y sentirnos ganadores a reconocer nuestros errores y recuperar aquello que nos importa de verdad.

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