Ángel Cano aprovechó su intervención en la sede de ESADE en Madrid para explicar el papel que han jugado las mejores prácticas en el proceso de internacionalización del BBVA iniciado en 1995. Según el consejero delegado “la fortaleza de nuestra entidad en nuestro mercado doméstico, unido a la búsqueda de una mayor diversificación y potencial de crecimiento nos empujaron a la internacionalización”.
Las principales razones por las que BBVA se centró en latinoamérica en primero lugar, fueron “el crecimiento potencial de sus economías, una atractiva estructura demográfica, la baja penetración bancaria, la correlación negativa de sus ciclos económicos con los países occidentales y los elementos culturales”.
El consejero delegado de BBVA recordó que en un periodo corto de tiempo, el BBVA pasó a controlar un número importante de bancos poco evolucionados, con modelos de negocio basados en producto y no en cliente, y con modelos de dirección en oficina poco definidos.
Ángel Cano explicó que tras el éxito de la internacionalización, los siguientes pasos eran: los planes de transformación e innovación cuyo objetivo es mejorar la productividad; los planes de eficiencia corporativa enfocados a mejorar la disciplina en el gasto y en las inversiones; el marco de riesgos global para afrontar los ciclos de crecimiento a los que se enfrenta el banco en cada región y el impulso del negocio retail, que ha dado lugar a la reciente creación del área Global Retail & Business Banking (GR&BB).
Un ejemplo claro de globalidad es precisamente esta nueva área: “No estará localizada únicamente en España, sino que tendrá diferentes centros de decisión (hubs), como por ejemplo, México, desde donde se llevará el segmento de Seguros. “Todo esto exige una evolución cultural, que cambie las formas de hacer hacia una organización más sencilla, más ágil y fuertemente apoyada en la tecnología”. “Ésta es la tarea más compleja en una organización global como la nuestra”, apuntó Ángel Cano.