Nueva entrega del cantautor/cantante de jazz (no sabría encuadrarle en una de las dos categorías) que de nuevo no defrauda las expectativas que se habían creado después de la larga espera tras el Randevouzs in Rio del año 2006.
Partimos además de una base, Michael Franks no ha hecho nunca un mal disco. Algunos de ellos quizá han envejecido más rápido, (“Skin Dive” y “Camera never lies” especialmente por el abuso de drum machine etc de los años 80), pero la realidad es que sus grabaciones nunca defraudan.
Además, en este disco se nota la clara influencia tanto como productor como en su faceta de músico de Chuck Loeb (y su esposa Carmen Cuesta) en el sonido del disco y ya para mí eso es suficiente garantía como para comprar el disco.
Como decíamos la producción y el sonido son impecables, como no podría ser de otra manera con músicos como los comentados, más Till Bronner, Eric Marienthal, David Spinozza, Mark Egan, Romero Lubambo, no se puede pedir más.
Debo decir que mis álbumes favoritos siguen siendo Art of Tea y Sleeping Gypsy, en los cuales la colaboración de los Crusaders (Larry Carlton, Joe Sample y Wilton Felder) les transfiere una fuerza a cada uno de los temas y una matización casi soul funk que no he vuelto a encontrar en sus grabaciones posteriores.
Time together es un gran disco, en el que se observa una gran influencia de la música brasileña, especialmente samba, con magníficas letras, convirtiendo cada tema en una historia, con las mismas armonías que MF ha venido usando desde el comienzo de su carrera (aunque siguen siendo muy bonitas), con un sonido casi perfecto y tremendamente sofisticado. Ideal para una cena tranquila con un buen vino y buena compañía y si es posible mirando al mar.
Por otro lado y por poner algún pero al disco, el sonido es un poco predecible y tendente a una continua languidez, que si te gusta es magnífico, pero en ocasiones echas de menos un tratamiento un poco más fuerte de los temas.
En concreto me ha gustado mucho el tema «Now That the Summer’s Here», con solos muy buenos de Bronner a la trompeta y Marienthal al saxo alto, más el fondo que impone durante todo el tema la prodigiosa guitarra de Chuck Loeb.
También me gustaría destacar la contribución de David Spinozza, un gran guitarrista del que no teníamos noticias desde hace mucho tiempo y que da una gran lección en el tema “Mice”.
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