Unicaja, Caja Murcia, Caja Astur, IberCaja y BBK, las cinco entidades de lideran procesos de constitución de nuevos bancos y que tienen unos niveles de recursos propios muy elevados, han mostrado su convencimiento de que no pasa nada porque Bankia y Banca Cívica se plantearan retrasar su anunciada salida a bolsa, dada la situación de los mercados financieros, y porque el Banco de España se mostrara dispuesto a flexibilizar los plazos de cumplimiento de los requisitos de capital que puso en febrero y que suponen que las entidades cotizadas deben superar el 8% y las no cotizadas el 10% de sus activos ponderados.
Es verdad que, en el otro lado de la balanza, señalaron que había que tener en cuenta cual sería la reacción de esos mismos mercados ante el posible anuncio de un aplazamiento en la salida a bolsa de las entidades. Y para compensar esa posible reacción adversa señalaron que si de lo que se trata es de demostrar que las entidades tienen el capital suficiente no pasaría nada porque se produjera la entrada de capital público español en ellas ya que se ha dicho desde el principio que esa eventualidad tendría en cualquier caso carácter transitorio.
El presidente de Caja Astur, Manuel Menéndez, fue taxativo en ese cuestión “hay que perder complejos acerca de la presencia de capital público” porque el Estado español ha sido de los que menos recursos han inyectado a su sistema financiero y porque entiende que deberían adecuarse esas entradas a los estándares de nuestro entorno. En definitiva que una cosa es que haya capital público si es necesario y otra muy distinta es que ese capital público tenga una presencia importante a la hora de tomar decisiones porque en el resto de países no ocurre así. Hay que controlar, claro está, pero no necesariamente mandar, vino a decir.
Braulio Medel, presidente de Unicaja, incidió en lo mismo. Si España ha dedicado poco dinero a entrar directamente en el saneamiento de las cajas puede ampliarlo si es necesario y de esa manera se podrá evitar que, por la prisas, se malvenda algo que es muy importante. Medel señaló que es cierto que las cajas no tienen dueños concretos y que por eso es posible “que nadie plantee si se venden baratas o caras” pero que tienen una responsabilidad social, la obra social, que se verá directamente afectada por el precio de venta de parte de esas cajas y que eso si repercute directamente sobre el conjunto de la sociedad.
E incidió en señalar la incongruencia que supone que las autoridades regulatorias exijan niveles de recursos propios distintos a bancos y cajas por el mero hecho de tener una naturaleza jurídica distinta. Si hacen el mismo tipo de negocio, es decir si tienen los mismos riesgos, ¿por qué unos tienen que estar más capitalizados que otros? Si a la banca española se le exigiera el 10% de capital base tendría que buscar casi 16.000 millones de euros entre inversores, la misma cifra que necesitan las cajas de ahorros para llegar a ese porcentaje.
Mario Fernández, presidente de la vasca BBK afirmó que el compromiso entre las tres entidades que operan en el País Vasco, Vital, Kutxa y BBK, para constituir una unión de las tres se mantiene en pié y que antes del 30 de junio deberían celebrarse los consejos de administración correspondientes para dar luz verde a los procesos de integración en un SIP y de aportación de todos los activos y pasivos a un banco único. Pero Fernández reconoció también que los resultados electorales del 22 de mayo, con la fuerte entrada de Bildu en las instituciones especialmente en Guipúzcoa, pueden incidir en el desarrollo de los acuerdos alcanzados.
Medel afirmó que su acuerdo de integración con Caja España-Duero continúa adelante y que confía en que se cierre definitivamente antes de final de año. Por su parte, Carlos Egea, presidente de Caja Murcia y de BMN (Banco Mare Nostrum) señaló que ya se ha reducido en un 60% el número de oficinas que tiene previsto cerrar y que la plantilla se ha adelgazado ya en 500 personas de un total de 1.000 previstas. Egea dijo no tener prisa en que BMN cotice en bolsa, aunque es su objetivo, y afirmó que en este mes empezará a tener ofertas no vinculantes de distintos fondos en las que les establecerán unos niveles de precios a los que podrían estar interesados en entrar a formar parte del capital.
El presidente de IberCaja, la única de las entidades de importancia que permanece ajena a cualquier proceso de concentración de los iniciados por las cajas de ahorros, señaló estar dispuesto a participar en alguno siempre y cuando se cumplan dos condiciones imprescindibles: que haya un esquema de gobernanza claro en el diseño y que la operación tenga fundamentos financieros sólidos.
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