El Gobierno se queda solo en su reforma de convenios

09/06/2011

Maite Vázquez del Río. CiU ya ha adelantado que no le apoyará en el Congreso, falta por conocer la decisión de PNV, CC e IU.

Tras las reuniones mantenidas, por separado, con los representantes de la CEOE-Cepyme, y de CCOO y UGT, el Gobierno se ha quedado solo en su proyecto de reforma de la negociación colectiva. En el borrador entregado a los agentes sociales ninguna ha encontrado una seña de identidad con la que “vincularse”, mientras desde los sindicatos se advierte que un cambio en las relaciones del país que no parta del consenso entre empresarios y sindicatos terminará siendo “papel mojado”.

Desde que Juan Rosell y Cándido Méndex e Ignancio Fernández Toxo hicieron oficial la ruptura de las negociaciones, el Gobierno ha ido a contrarreloj adaptando el documento que ya tenía elaborado al que prácticamente habían consensuado los agentes sociales “a quince minutos de la firma”.

Sin embargo, la “adaptación” no ha servido ni a la CEOE ni a las organizaciones sindicales, cuyos líderes se reunieron a última hora del miércoles con el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba en el Ministerio de Interior. Dicha reunión no sirvió para nada como se demostró este jueves cuando los número dos de los sindicatos constataron que no se “vinculaban” con esa reforma que, en su opinión, dificultará aún más las posibilidades de crear empleo.

Por su parte, los empresarios negaban la mayor al asegurar que no se había introducido nada para mejorar la “flexibilidad interna” en las empresas, extremo éste negado tanto por los propios sindicatos como por el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, quien este jueves destacaba que se trataba de la reforma “más profunda” realizada en las relaciones laborales de la historia de la democracia.

De esta forma, el Consejo de Ministros dará el visto bueno del decreto ley con la esperanza de encontrar el respaldo en el Congreso que no ha encontrado en los agentes sociales. Valeriano Gómez así lo daba a entender tras reunirse con los secretarios de Acción Sindical de CCOO y UGT, Ramón Górriz y Toni Ferrer: la reforma “no acaba” este viernes, sino que “empieza” este viernes, explicó el ministro, quien lanzó un puente a los agentes sociales para que intenten buscar entre ellos un acuerdo. De conseguirlo, aunque el decreto ya se encuentre en el trámite parlamentario, el Grupo Socialista se encargará de introducir las enmiendas necesarias para incorporarlo como reforma.

No obstante, una vez en el Congreso de los Diputados, serán los grupos parlamentarios los que tengan la soberanía para decidir cómo mejorar un texto que les llega con tantas críticas sociales. Gómez aseguró que todos los cambios introducidos están “abiertos” a ser mejorados, con excepción de la prórroga automática de los convenios (la denominada ultraactividad) para que “los trabajadores no queden desprotegidos”.

Esta sería, lo que el ministro definió como “línea roja” de la reforma que no se puede traspasar, ya que en el caso de que las negociaciones para pactar el nuevo convenio fallen, están previstos los mecanismos de mediación y arbitraje.

El borrador

Como aspectos más destacados de la reforma del Gobierno cabe mencionar la “prevalencia” del convenio de empresa frente a los de carácter provincial y autonómico, un punto que no ha gustado a los sindicatos porque quedarían desprotegidos muchos trabajadores de pequeñas y medianas empresas. Tampoco les parece bien que quede abierta la posibilidad de dejar sin aplicación los convenios en materia salarial, medida conocida como “descuelgue” por parte de los empresarios, que ya fue introducida en la reforma laboral de 2010.

Además, la reforma prevé que las empresas distribuyan al menos un 5% de la jornada laboral de forma flexible y en caso de conflicto para pactar los convenios se establece por ley la mediación y el arbitraje vinculante, potenciándose de esta forma la figura del mediador, que tan buenos resultados ha dado en conflictos recientes como el de AENA.

En cuanto a la “ultraactivad”, tres meses antes de que expire un convenio deberá comunicarse la proximidad de su caducidad y, a partir de ese momento, la empresa y los sindicatos tendrán 20 meses para llegar a un acuerdo. Este aspecto ha sido defendido en todo momento por UGT y CCOO durante la frustrada negociación con CEOE.

En materia de flexibilidad interna, el borrador reconoce que al margen de lo fijado en el convenio, empresa y trabajadores puedan cambiar las horas extraordinarias, la distribución del tiempo de trabajo, las categorías profesionales, las modalidades de contratación y conciliación entre vida laboral y familiar.

¿Te ha parecido interesante?

(Sin votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.