Fleet Foxes y Fuckin´ Bollocks

02/06/2011

Luis Picabia. Crítica musical de la semana

Fleet Foxes pasan el control de calidad

-Más de lo mismo en el segundo álbum de los de Seatle.

Para muchos críticos y aficionados, el segundo álbum de un grupo es el que sirve para que pasen el control de calidad. Si fuera así, “Helplessness Blues”, la nueva entrega de Fleet Foxes, pasaría, con aprobadillo raspado, ese control y demostraría que lo suyo no es la innovación y el riesgo sino apostar por lo seguro.

Si el anterior disco, de título homónimo, sorprendió por recuperar el folk anglosajón de los sesenta y mezclarlo con el pop barroco de los setenta en Estados Unidos, el nuevo -que sigue casi al pie de la letra esos postulados-, pierde la capacidad de asombrar. Robin Pecknold mantiene una lealtad rayana en la copia a los Simon and Garfunkel más primigenios.

De tal fidelidad nos ofrecen ejemplo canciones como “Battery Kinzie”, “Helplessness Blues” o “Sim Sala Bim”. ¿Hay aportaciones propias?, sí, unos coros selenitas a cinco voces y unos instrumentos clásicos –mandolina, harmonium, fiddle-, con utilización moderna en tonos y melodías.

Sello: Bella Union. Precio: 14,99. Discografía: “Fleet Foxes”, “Helplessness Blues”. Influidos por: Simon and Garfunkel, Beach Boys, Sagittarius.

Fuckin´ Bollocks: no todo es folk en Barcelona.

-El quinteto hace arder la ciudad condal.

Con el éxito de Manel, Animic, La Brigada y otros, puede parecer que Barcelona solo vibra con el neofolk angelical. Nada más lejos de la realidad. Fuckin´ Bollocks han encendido la ciudad condal al grito de “Congo Tapes”, su segundo álbum, pletórico de “garage” rock y rhythm and  blues flamígeros.

El quinteto lleva currándose la fama en conciertos que consiguen inyectar al público cantidad de vitaminas como la “stonina” y el “sonicfenol”, procedentes de laboratorios donde se veneran a los Stones del “Exile On Main Street” y a los Sonics de reacción sicótica. Lo confirmaron con creces cuando hicieron de teloneros de The Strange Boys y, más recientemente, cuando abrieron para Black Lips.

Fuckin´ Bollocks también saben trajinarse un estudio de grabación y lo demuestran con este disco en el que hay adrenalina para dar y tomar. En unos caso, en formato de rock sureño (“You Can´t Do”); en otros, con vestimentas rockabilly (“My duddy”, con recuerdos a Rory Gallagher);  en alguno más a base de  píldoras de rock ye-ye (“Soap Tripe”) e, incluso, con aires de spaghetti western (“X”). Es muy posible que le gusten más a Mouriño que a Guardiola.

Sello: Houston. Precio: 12,95€

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