No levantan cabeza las Bolsas europeas y eso que hoy se las prometían muy felices. Les aprietan los zapatos por todas partes porque son muchos frentes.

Veamos lo primero en este gráfico del Dax cómo de felices se las prometían y cómo han terminado la sesión:

Circulaba por máximos históricos pero la vela que ha dejadok es fea de solemnidad. Ha retrocedido todo lo que ha podido. ¿Qué ha pasado?

Pues que cuando los datos macroeconomicos del día han ido apareciendo, los inversores iban dándose cuenta de que no hay forma de generar inflación y que las palabras de Draghi sobre la posibilidad de que el BCE pueda volver a bajar los tipos no eran palabrería, que las cosas no están tan claras.

Y, para colmo, al otro lado del charco tampoco han salido buenos datos, lo que pone sobre la mesa la posibilidad de que la economia estadounidense pueda volver a atravesar por dificultades e incluso que las subidas de tipos (todos esperan una esta tarde) sean un error monumental.

Y como siempre que se alejan las expectativas de subidas de tipos, el sector bancario ha terminado por ser el damnificado. Si no suben los tipos no aumenta el margen «gratuitamente» y los bancos tienen más dificultades para ganar dinero con el dinero de sus clientes, que ese es su negocio.

Ya ven por dónde voy, ¿verdad?

Fea era la vela del Dax pero la del Ibex ha sido mucho peor, entre otras cosas porque ha roto las dos directrices trazadas en el gráfico e incluso ha cerrado por debajo de los mínimos del lateral en el que se viene moviendo en los últimos tiempos.

Lógico, si los bancos no carburan, el Ibex no carbura.

Total, que entre la incertidumbre propia, llamada inflación, y la ajena, llamada subida de tipos prevista para hoy en Estados Unidos, las Bolsas europeas han demostrado que el zapato les duele por todas partes.

Al cierre, el Dax avanzó un 0,32%, el Ibex perdió un 0,98%, el CAC un 0,35% y el Eurostoxx un 0,30%.