Ahora resulta que estos socialistas tan simpáticos de la era Zapatero han volado presto a fulminarle tras la hecatombe electoral del 22M. Puro altruismo oigan, cuando han visto peligrar el culo de la poltrona del poder, es cuando se han movilizado para noquear al visionario. La debacle del país, la crisis galopante, el descrédito internacional, el despilfarro de las arcas del Estado, el desgobierno, la pésima gestión o los cinco millones de parados no eran motivos suficientes: la pérdida de concejalías, diputaciones provinciales y poder autonómico, sí.

Pues de eso nada majetes. Ni milongas ni Rubalcaba -rancio heredero de lo más siniestro del felipismo-, que cada palo aguante su vela: ahora deberíais soportarle durante siete largos años como hemos hecho los ciudadanos. Es hora de que asistáis impávidos a declaraciones tan ilustradas como “en estos momentos el PSOE se encuentra a la cabeza de la Champion League de las formaciones políticas mundiales”, o intentar asimilar algo del calibre de “el socialismo es un concepto discutido y discutible,” o tragaros el sapo de “navegamos ahora en el barco más seguro, el del Partido Socialista Obrero Español”, o después del palizón electoral que os habéis llevado, desayunaros una mañana cualquiera -sin atragantaros- una joyita como esta: “en nuestra organización estamos mejor de lo que parece”. Exactamente las mismas gilipolleces que hemos escuchado estoicamente los españoles de boca de un iluminado mientras el país ya había descendido a tercera regional, deambulaba a la deriva y se encontraba peor que nunca en democracia.

También debéis pasar sin rechistar por la gracieta de enfrentaros todos contra todos, de levantar la alfombra de rencillas y desencuentros que estaban más que olvidados, de remover la mierda de un pasado lejano o de jugar a deconstruir el PSOE en bandos a capricho de la frivolidad del quimérico. Y desde luego, el palizón de las elecciones autonómicas y municipales ha sido un simple aperitivo frente a lo que os espera: miles de cargos electos socialistas se han ido al paro, pero para alcanzar los cinco millones de desocupados en el partido anda que no os queda… Mientras no perdáis todos los ayuntamientos, comunidades, diputaciones, diputados y senadores, hasta que no estéis en la más absoluta desolación porque aquello por lo que habéis trabajado, luchado, esforzado e invertido se haya ido al garete, tendréis que mantener el liderazgo del inspirado de Zapatero por solidaridad con vuestros compatriotas. Es lo justo ¿no?,  padecer exactamente la misma impotencia que hemos sufrido los de a pie en los últimos tiempos. Cuando estéis pasando las de Caín, abocados sin remedio a lo que puede pareceros la destrucción de vuestra organización, agónicos por la desolación, aún fliparéis al escuchar atónitos alguna nueva ocurrencia interplanetaria y súper-estelar del tipo “compañeros, la primavera parece haber traído brotes verdes ante nuestro horizonte”. Pasarán dos años y continuaréis esperando expectantes el florecer de los dichosos yerbajos… Entonces y solo entonces, estaréis en disposición de finiquitar al iluso que lo mandó todo al carajo: si destrozó España y le dabais palmaditas en la espalda mientras consumaba la infamia, ¿no deberíamos los españoles acariciaros la chepa -con ternura, faltaría más- mientras masacra las siglas de un partido centenario? Y encima pretendéis que el país aguante al muerto un año más mientras internamente habéis pactado su liquidación con máxima celeridad. Si Zapatero ya no es bueno para el PSOE ¿por qué gobierna aún España?