Los índices del Nasdaq siguen lanzados y marcando nuevos máximos históricos en tanto que el S&P 500 se lo piensa y retrocede tras lograr un récord intradía.
Los gráficos del Nasdaq Composite y del S&P 500 nos muestran muy claramente cómo el S&P 500 se arrugó finalmente con la que está cayendo al otro lado del Atlántico en torno a las filtraciones de Trump a los rusos, pero el Nasdaq parece que no es de este mundo y forzó la máquina para cerrar en la zona de máximos.
En ambos casos, se produjo una apertura con hueco al alza, pero las semejanzas terminan ahí. El Nasdaq siguió creciendo y el S&P 500 no tuvo fuerzas para ir más allá.
En el fondo, son dos maneras de transitar por el mundo. La del S&P 500, pegada a terreno y afectada por todo lo que ocurre. La del Nasdaq, sobrevolando el terreno y prácticamente sin pararse ante los obstáculos.
Y es que el principal obstáculo no es Trump, ni siquiera el revuelo causado por su reunión con Lavrov. Eso es como las burbujas del cava. Sube muy deprisa, incluso de desparrama, pero se seca rápido y no deja huella (salvo que Trump sea tan torpe como muchos piensan).
El problema real es que Trump no tiene apoyos para sacar adelante su plan fiscal por el enroque de buena parte del Partido Republicano que considera que rebajar los impuestos de esta forma solo conseguirá aumentar el déficit y no parecen dispuestos a permitirlo sin que antes haya recortes en partidas clave para ajustar el capítulo de gastos a las nuevas previsiones de ingresos.
Ahí es donde todos centran la atención y parece claro que a las empresas más «deslocalizadas», las tecnológicas, el asunto fiscal tiene una importancia relativa. De hecho, siempre hay polémica por los escasos impuestos que pagan gracias a su deslocalización y su habilidad para la ingeniería fiscal.
Pero a las más localizadas en territorio estadounidense, la rebaja de impuestos sí les supondría una buena inyección de dinero y de optimiosmo. De ahí las distintas reacciones y los diferentes grados de preocupación por el asunto de la reforma fiscal. En el Nasdaq puede que todo quede reducido a aquello de «si no hay una buena fiscalidad para la repatriación del beneficio, seguiré sin repatriarlo». Y, claro, unos vuelan y otros se tientan los bolsillos.
En cualquier caso, nada que parzca demasiado preocupante. El resultado final apenas si se mueve.
Al cierre, el Dow Jones perdió un 0,01%, el S&P 500 un 0,07%, el Nasdaq 100 subió el 0,35%, el Nasdaq Composite un 0,33%, el Nyse Composite se dejó un 0,07% y el Russell 2000 avanzó un 0,05%.
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